Capítulo diecisiete

61 6 13
                                    


ᴵᵗ'ˢ ᴳᵒˡᵈᵉ
ᴸʸᵈⁱᵃ ᴿᵉᶜᵃˡᵗ

—¡Lydia! ¿Qué tal, tía? Hace un montón que no nos veíamos —me saludó Andrea, con su acento español tan marcado que siempre me hacía sonreír un poco.

—Hola, Andrea —le di un beso en la mejilla y traté de relajarme. A pesar de todo, ver a alguien conocido me daba un poco de tranquilidad.

Andrea sonrió y se acomodó en la orilla de la piscina, mientras Adam levantaba la mano en un saludo desde el agua.

—¿Te vas a meter? —me preguntó Andrea, señalando la piscina.

—Sí, en un rato —respondí, aunque no estaba muy segura de querer meterme en ese momento. Sentía la mirada de Javi fija en mí, y eso me ponía más nerviosa de lo que quería admitir.

—Venga, no te hagas la tímida —insistió Javi, poniéndose a mi lado—. El agua está perfecta.

Lo miré, forzando una sonrisa. Me saqué los shorts y la camisa, quedando solo con el bikini que había elegido, y noté cómo los ojos de Javi me recorrieron sin ningún disimulo. Me sentí incómoda, pero traté de disimularlo.

—Vamos, metete con nosotros —me animó Adam, ajeno a la tensión que yo sentía.

—Dale —dije, intentando sonar más entusiasta de lo que realmente estaba.

Me acerqué a la piscina y me metí al agua. Estaba fresca, pero no lo suficiente como para distraerme de la sensación incómoda que me seguía rondando. Andrea comenzó a hablar sobre lo que había estado haciendo últimamente, y yo traté de seguir la conversación, pero mi mente seguía volviendo a la forma en que Javi me miraba y lo distante que había estado Enzo.

Mientras flotaba en la piscina, me di cuenta de que quería estar en cualquier otro lugar.

El agua fresca de la piscina no lograba calmar la incomodidad que sentía. Andrea seguía hablando, pero apenas podía concentrarme en sus palabras. Me forcé a asentir y sonreír cuando correspondía, pero mi mente seguía dando vueltas a la actitud de Javi y a lo que había pasado con Enzo.

Javi se acercó nadando hasta donde estaba yo, y pude sentir su presencia antes de que siquiera hablara.

—Así me gusta, que te relajes un poco —dijo con una sonrisa que intentaba ser encantadora, pero que a mí me resultaba demasiado insistente.

—Ya.. —respondí, alejándome un poco de él con una leve patada que me impulsó hacia el otro lado de la piscina.

Andrea y Adam seguían conversando, sumidos en su propia charla, mientras Javi no dejaba de mirarme. No sabía cómo salir de esa situación sin parecer grosera, pero cada vez tenía menos ganas de estar ahí.

—Estás rara hoy, ¿estás bien? —preguntó Javi, acercándose otra vez, sin respetar mi espacio.

—Sí, sí, todo bien —dije rápidamente—. Solo estoy un poco cansada, no dormí mucho anoche.

Javi ladeó la cabeza, como si no creyera del todo mi respuesta, pero no insistió. Al menos no por ahora.

—Bueno, a ver si esta tarde te animas un poco más —dijo, y luego agregó con un tono que me hizo sentir incómoda—. Me alegro que hayas traído un bikini bonito.

Me forzé a mantener una expresión neutral, aunque por dentro me hervía la bronca. No quería armar un quilombo ahí, pero tampoco iba a dejar que Javi siguiera con esos comentarios.

—Voy a tomar un poco de sol —anuncié, saliendo de la piscina y buscando una excusa para alejarme. Me senté en una reposera cerca del borde, con la intención de poner algo de distancia entre nosotros.

It's Golden || Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora