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Donde Lán Yuèliàng volverá a tratar de ganarse la amistad de Shōto, pero termina ganándose algo más que eso.
O...
Donde Todoroki Shōto a pesar de haber alejado a Yuè durante todo este tiempo, termina cayendo por ella sin espera...
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La familia Wayne estaba en su mansión. Lán Xiáng estaba yendo al cuarto de su pequeña hija para revisar que ya estuviera lista.
—¿Baihu?—llamó la oji-azul—. ¿Ya estás lista?
Su hija se encontraba con algo entre las manos, y lo escondió rápidamente cuando ella entró a la habitación.
—Uhm... ¿Qué tienes ahí, eh?—preguntó, enarcando una ceja.
—Es... es... nada...—mintió.
Miró a su hija, no muy convencida de sus palabras.
—Okey—dijo suspirando—. Es un simple llavero—explicó mostrandoselo.
Tomó el llavero entre sus manos, era rojo y blanco, con un copo de nieve. Instaneamente miró a su hija de forma acusadora.
—¿Es para Shōto-chan?
La niña de siete años apartó la mirada, con las orejas levemente rojas, confirmando las suposiciones de su madre.
—¡But! ¡But! ¡It's not only for Shō-kun!—exclamó nerviosa y rápidamente—. Antes le había dado unos a Yaomomo y Tenya-kun.
Xiáng sonrió, estaba feliz de que su hija se llevara tan bien con el hijo de Enji, aunque... también se sentía extraña.
—Bueno—dijo tratando de sacar esos pensamientos de su mente—. ¿Qué tal si vamos a presumirle a tu padre que nosotras ya estamos listas?
—¡Hecho!—dijo con una sonrisa y saliendo disparada al cuarto de su padre.
[ • • • ]
Cuanto estuvo de pie en el marco de la puerta vio a su esposo frente al espejo, tratando de atar una corbata.
—Eres el Pro-Hero N° 2 de Estados Unidos, un hombre de negocios muy exitoso y... aún no sabes ponerte una simple corbata—se burló de su esposo.
La pequeña niña soltó una risita.
—Tú eres la experta en nudos, Xiáng, no yo—se quejó.
—Eso no es muy Mr. Holmes de tu parte—dijo mientras negaba y se acercaba a su esposo.
Agarró la corbata y empezó a ponerla como correspondía, mientras que su esposo recibía burlas de parte de su hija menor por necesitar ayuda de su madre para lograrlo.
—Bueno, mis dos reinas ya están, supongo que... debemos irnos ya, ¿no, Xiáng?
