LO RECUPERADO

41 3 0
                                    

―Señores, señores, no tienen por qué ser agresivos con la jovencita. ―Calmó Layla los reclamos de los señores a su hija adolescente que solo lloraba y se lamentaba. ―Escuchen, seré partera, pero estudié mucho de medicina general, psicología con mis amigos y hasta un poco de psicología forestal y sé lo que genera el estrés, hablándole así a la señorita solo están exponiendo la salud de su nieto y la de ella. Brenda, preciosa, sal un momento por favor, voy a hablar con tus padres.

Todavía llorando, la joven víctima de su propio tío aceptó irse con tal de acallar las voces de sus guardianes que al final la tachaban de seductora cuando ella nunca trató a su tío de forma diferente a un cariño de casi hermano mayor.

―Señores, entiendo perfectamente que se sientan decepcionados y claro, también sé que ella no debió de ser tan coqueta y que tiene que hacerse responsable de sus actos, pero mi misión es y siempre será velar por la salud de la gente, especialmente la de los fetos. La forma como le están hablando no hará que ella se motive a cuidar a su hijo, sino que la estresarán y eso, en la etapa frágil solo afectará al bebé y nacerá con algún mal, estoy segura de que no quieren eso ¿Verdad?

―Doctora, usted claramente se ha centrado en sus metas y por eso es que no sabe lo que es ser padre y tener que vigilar a su hija para que no ande de ramera. ―Le renegó el padre de familia.

―Mis padres me hablaron de los métodos anticonceptivos y de todos modos yo soy asexual. ―Les mintió en la segunda parte. ―Esas son las diferencias en mi crianza porque desde siempre me interesó la medicina ¿A caso ustedes le hablaron de los condones? ¿Le advirtieron de cómo funcionaba su periodo como ciclo de fertilidad? Porque estudios recientes han confirmado que no hablar de esas cosas con los hijos es lo que en verdad les da permiso de ser tan descuidados. También soy psicóloga y de hecho, cuatro de cada cinco niñas que llegaron embarazadas a mi consultorio, nunca fueron bien informadas sobre las relaciones sexuales por sus padres y los padres siempre me admiten ese fallo, así que díganme ¿Le hablaron con calma de esos temas? ¿O los esquivaron pensando que ella no sería mal influenciada por sus amistades?

―... ―El matrimonio se admiró con suma vergüenza mientras Layla permanecía tranquila para evitar reírse de la ignorancia de quienes son los verdaderos responsables, no solo por la falta de comunicación con su hija, sino porque claramente confiaron en la persona equivocada y todavía tenían el descaro de defenderlo aun cuando el criminal admitió su consciencia al actuar en contra de la hija de su propia hermana.

―Sí, es lo que creía, escuchen, lo hecho, hecho está, pero me veo en la obligación de advertirles que de todos modos su hija tiene ciertos riesgos. ―Dijo abriendo uno de sus cajones y buscando en ella su tableta. ―La vi lo suficiente para reconocer que no solo es una niña bajita, también es muy flaca, con un cuerpo inmaduro como ese, es poco probable que soporte el embarazo. Que sí, que es importante que sepa hacerse responsable de sus actos, pero ustedes díganme ¿Es más importante para ustedes la vida de su hija o que aprenda una lección sobre no coquetear?

―¡¿Qué clase de pregunta es esa?! ¡Por supuesto que su vida es más importante! ―Se indignó la madre azotando contra la mesa.

―Respire señora, pregunto porque una vez llegó una niña de catorce años con su madre que no aceptaba el aborto por ideas religiosas y no solo perdió a su hija, de todos modos su nieto no sobrevivió. ―Mintió pero si a estos señores les bastaba con un embarazo fuera del matrimonio para decidir que la madre era la responsable, es claro que no van a investigar por un caso de ese tipo, si ya alguien más les dijo algo con poca información, entonces pasó y no hay discusión. ―Por eso quería estar informada y preparada para todo, e informarles también a ustedes, si su hija presenta dolores, que no debería tener en estas primeras o siguientes semanas, es mejor que vengan conmigo, cualquier anomalía. ¿Alguna duda?

La vida que nos esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora