FELICES FIESTAS

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―Ya son doce semanas, ocho centímetros de tamaño, perfecto; todavía falta un mes para saber el sexo, pero al menos los órganos están en su sitio, hasta el corazón, que ya se puede oír hasta con un estetoscopio. ―Dijo Layla con una hermosa sonrisa, que se contagiaba con la pareja que admiraba la pantalla sin prestarle atención a que la mayor se puso a buscar en su maletín dos pares de estetoscopios. ―¿Listos para escucharlo? ―Ofreció los instrumentos, logrando aterrizar a la pareja a la realidad que seguía pareciendo un hermoso sueño con tantas buenas noticias.

―Gracias Umma. ―Ben se sentó y tomó ambos, le dio un par a Blonko para mostrarle cómo se ponían y usaban. ―¡Ay~! ¡Están más fríos que el gel! ―Se arrepintió de no frotar un poco la base de la campana, despertando un par de risas en Layla que lo veía venir y una nerviosa en Blonko que al principio creía haberlo lastimado.

―Aquí donde estoy poniendo el transductor. ―Los guió con el aparato cerca del ombligo, tuvo que desplazarse solo un poco para darles su lugar a la pareja y entonces admiró con ternura la imagen que siempre le enternecía; una pareja sonrojarse y llorando de emoción con los primeros latidos de su primer bebé.

―... ¡Ihck~! ―Ben temblaba de emoción con solo sentir el cargar una vida en su interior, una que con esos latidos sabía decirle que lo amaba, tanto como él también lo hacía. ―Mi bebé~

―Gracias Ben~ ―Rook se secaba las lágrimas, incapaz de recordar cómo en el pasado se estaría perdiendo de toda esta sabiduría y cercanía si siguiera viviendo en Revona donde solo habían máquinas que ayudaban con la agricultura, se sentía tan cerca de su hijo como nunca antes se sintió con su padre y todo eso se lo debía al héroe que lo inspiró a dejar Revona y defender la justicia como un plomero. ―¡Muchas gracias~! ―Se inclinó para besarlo con gratitud.

Layla solo sonreía y se enternecía, ésta siempre era su parte favorita, incluso desde años antes de empezar a estudiar la medicina, cuando sabía que sería hermana mayor; también se puso a llorar, un poco más sutil, bastaba con un dedo para secar aquella lágrima.

―Me alegra que este momento les encante. ―Dijo comenzando a apagar el ultra sonido.

―Es el mejor regalo de Navidad adelantado... Eres la mejor. ―Sonrió Ben con devoción mientras Rook no soltaba el aparato y seguía queriendo escuchar por un par de segundos aquel hermoso ritmo. ―No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por nosotros.

―Ni lo menciones, solo hago el trabajo que tanto amo, tú solo mantente sano y salvo, así haces que todo esfuerzo valga la pena.

―Lo prometo.

―¿Todavía no puede escucharnos? ―Se interesó Rook.

―No, me temo que para eso todavía falta poco más de un mes. ―Se lamentó Layla entendiendo lo que pretendía hacer el magistrado con esa información. ―¿Listos para celebrar las fiestas?

―Yo estoy muy emocionado por celebrar mi segunda navidad después de años. ―Tuvo que forzarse Rook a dejar el estetoscopio para poder hacer la plática con su pareja y doctora. Se incorporó a regaña dientes. ―De verdad que me encantaría poder pasar más tiempo de calidad con mi bebé y escuchar su corazón hasta mañana de ser posible, pero tengo un turno que cumplir si quiero estar en la cena de navidad. Los veo más tarde. ―Se despidió de Ben con un beso, le dio la mano a Layla y se fue a cumplir su deber.

―Buena suerte.

―Cuídese magistrado.

―¿Quieres ver alguna serie?

―¿Te preparo algo en especial mientras buscas qué ver?

―Antes de que te diga, o bueno, antes de que lo olvide ¿Pudiste conseguir el regalo?

La vida que nos esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora