Yes, Miss Kim | Chaesoo

Capítulo 16 - Final

Rosé hizo lo posible por explicárselo a sus amigas ese día, el hecho de que a Jisoo se le salía algunas veces llamarla "esposa" y bromear sobre estar casadas era algo que a ella le encantaba.

Las chicas quedaron bastante confundidas hasta que Jisoo les dijo que no eran bromas en realidad, porque solo estaba haciendo que Rosé se familiarizara con la idea para atraparla para siempre.

Luego procedió a abrazarla por la cintura, y la rubia no cabía en sí. Escuchar a Jisoo hablar de esa manera hacia que su corazón se volviera loco, tenía un profundo sentimiento de satisfacción cuando la reclamaba como suya.

En fin, ahora estaban llevando sus cosas poco a poco al apartamento de Jisoo. La rubia vendió algunas de sus cosas para no llevarlas al apartamento, y aunque ese dinero planeaba dárselo, sabia que jamás ni el mil años lo aceptaría, así que lo guardo en caso que de que faltara algo (lo cual era imposible ya que tenía a una maniática del control como novia)

Tenía que admitir que ver a Jisoo con jeans viejos y una camisa de botones remangada subiendo cajas era una de las vistas más sexys que había tenido en su vida, así que se sentó simplemente al verla.

-¿Que haces?-le preguntó su chica.

Rosé sonrió.

-Admirarte.

Jisoo sonrió y se quitó la camisa con un aire de superioridad, quedando solo en un sujetador deportivo, haciendo que la rubia se mordiera el labio.

-Para la próxima me avisas, me gusta hacer un buen espectáculo.

Rosé rió y la chica siguió haciendo su trabajo como novia.

-¿Cielo?-Rosé sonrió cuando escuchó a Jisoo llamarla así- ¿A que hora vamos por tu vestido?

La rubia se mordió el labio de nuevo, Jisoo tomó una foto mental de esa imagen. Ya había aceptado que el vestido fuera uno de los regalos de su graduación, casi sintió que la apuntaban con un arma cuando aceptó.

-Dame un par de horas.-lloriqueó e hizo un puchero.

Jisoo rió negando.

-Recuerda que Jennie viene mañana, también tenemos que comprar unas cosas para ella.-Rosé asintió- Solo se quedará hasta comprar todo lo de su apartamento, pensé que querría vivir con nosotras un tiempo.

Las mejillas de Rosé se calentaron.

Vivir con nosotras.

Había sido una sentencia grande, que hizo a su corazón volverse un poco loco. Aún parecía un sueño.

-Jennie esta acostumbrada a vivir sola-le dijo-, y... lo más probable es que quiera abstenerse de oírnos mientras...

Jisoo curvó sus cejas como una pícara cazadora y se fue acercando hasta Rosé.

-Tienes razón, te hago gritar mucho-Rosé rodó los ojos y lanzó a su lado en el sofa-. Creo que tus vecinos están felices de que te mudaras, casi tuve que pagar el otorrino a tu edificio.

Y la rubia rió.

-¡No diga eso! Aun muero de vergüenza cuando la señora Margaret me preguntó si estaba teniendo ataques de pánico o algo en las noches.

Jisoo se echó a reír.

-Bueno, bueno, quizá mi hermana tenga un punto-se levantó-. Vamos a ducharnos, porque recuerdo que me cambiaste el tema de tu vestido, y no voy a tener una Jennie Kim dos con problemas de vestuario.

A regañadientes, Rosé se levantó.

-¿Esa ducha de la que hablas... es juntas?

La pelinegra se rió por lo bajo.