Pequeñas razones para olvidarte... Que no te habías ido y ya yo había aprendido a extrañarte, que entre menos me querías, menos yo podía dejarte y que la estupidez más grande fue nunca aprender a olvidarte. Por tu culpa aquí se ha quedado un corazón sin vida, un recuerdo y una herida que le llamo vida; cuando te fuiste entre más me dolía mas me convencía de que si no ibas a volver, aunque me dolería todo me daría igual
Estas son mis razones para olvidar