sesenta y cinco

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||OMNISCIENTE||


"Cuidate, Taehyung".

 El corazón de Taehyung estaba acelerado, su cabello mojado se pegaba a su frente y sus piernas se movían lo más rápido que podían mientras corría a su casa bajo la lluvia luego de recibir el mensaje de Seokjin. Su casa no quedaba muy lejos, unos diez minutos quizá al paso que iba, pero él sentía que no era suficiente. Tenía que llegar. 

Sin embargo, sus piernas flaquearon y, aunque no cayó al suelo, con todas sus fuerzas se aferró a su tonto intento de no echarse a llorar mientras veía a un chevrolet prisma marcharse a toda prisa. 

El auto de Yoongi. 

Respiró profundamente cuando se detuvo abruptamente frente a la puerta de su casa, la cuál no tardó en abrir dejando a la vista a su madre. Su expresión preocupada hizo a Taehyung entrar, más sólo atinó a dar un asentimiento antes de subir escaleras arriba con pasos rápido y un pequeño atisbo de esperanza.

Sus piernas, cansadas ya, hicieron que sus rodillas chocaran rudamente contra el suelo en cuanto entró a la habitación de Seokjin. Sus manos, que atinaron a sostener su cuerpo, se mantuvieron fijas y entonces sus ojos recorrieron con detenimiento el lugar. 

Nada. 

Desde su lugar podía apreciar a la perfección los estantes de ropa vacíos, la cama tendida y los cajones abiertos con señales de prisa. 

Una pequeña nota en la mesa de noche. 

Se puso de pie, sus piernas temblando a causa de un leve dolor de músculos y tomó el papel. 

"No quiero quedarme a ver lo que sé está por pasar. 

Te ama, Seokjin". 

Rompió la hoja en pequeños trozos, con furia contenida y por fin, sin poder evitar que aquellas lágrimas rebeldes se deslizaran con libertad por sobre sus mejillas. Arrojó todo al suelo y a grandes zancadas, bajó y revisó todas las habitaciones hasta dar con su madre. 

—¡¿Por qué dejaste que se vaya?!

Su madre se giró a verle, confundida. 

—Taehyung, cariño, tu hermano es un hombre adulto. 

El castaño rió con sarcasmo luego de chistar corriendo la mirada y ocultando sus lágrimas. 

—Un hombre adulto, mentiroso y cobarde. 

Soltó entonces tomando valor. Su madre lo miró sorprendida, más sólo se limitó a retirarse cabizbaja cuando el Señor de la casa hizo presencia. Taehyung lo enfrentó, luchando internamente para no mostrarse débil frente a él. 

—Alguien como Seokjin ya no tiene permitido vivir acá —fue lo primero que dijo, cruzando sus brazos—. Él hizo su elección, Taehyung, eligió por sobre el amor de su padre y se marchó. 

—¿Qué amor?

La lengua de Taehyung había formulado la pregunta sin que su cerebro lo procesase realmente, pero no se arrepintió, ni siquiera cuando su padre le respondió con un firme puñetazo en la boca.

Nuevamente, Taehyung, estaba en el suelo. 

—Un hermano mayor es el ejemplo, decían... y cuanta razón. 

El castaño entendió la indirecta de su padre y, poniéndose con lentitud de pie mientras limpiaba la gota de sangre en su comisura, lo miró con furia. 

—Los padres también lo son... y ahora veo de dónde mierda sacó lo cobarde. 

Taehyung corrió fuera de la casa y el agua helada de la lluvia chocó en su rostro sin compasión y sólo caminó sin rumbo; preguntándose a donde iría ahora, más teniendo una respuesta, la única: Jungkook. 

Tal vez había llegado el momento de terminar con todo.

 Incluso con su patético enamoramiento por el chico de gafas grandes.

Glasses' Boy •• KOOKV🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora