cincuenta y cuatro

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||OMNISCIENTE||

antes


Seokjin hoy se encontraba feliz, casi deslumbrando de felicidad, más no mostraba aquella euforia frente a sus padres.

Estaban en un orfanato de la ciudad, no precisamente para que ellos lo dejen tirado ahí, más bien porque vinieron a buscar alguien que pueda ser mejor.

El pelinegro con catorce años tenía más que claro que ya era una escoria para sus progenitores y, aunque su padre la mayor parte del tiempo no le dirija la palabra, sabía que el preferiría tener un hijo que no sea maricón.

Oh, Taehyung si hacia las cosas bien iba a tener suerte.

El pequeño castaño con ojos mega rasgados, se posicionó frente a la familia Kim y sonrió,

él ahora sería uno de ellos.

No es que estuviera del todo emocionado, sin embargo, tampoco le causaba rechazo; después de todo, aquella ahora sería su familia y se sentía agradecido que después de todo a ésta edad alguien lo haya adoptado.

Seokjin, viéndolo, no pudo resistirse: embozó media sonrisa y lo saludó casi en un grito. —Es un placer. ¡Soy Kim Seokjin!

Pero su sonrisa amigable se esfumó cuando su padre lo hizo a un lado. —No empieces, hijo.

El pelinegro miró a su madre, ésta sólo se limitó a observarlo de regreso, sin decir nada. Los años pasaron.

Seokjin y Taehyung no parecían tener una gran relación frente a sus padres, más en la noche y a oscuras, solían jugar hasta quedarse agotados.

El mayor le hablaba sobre algo prohibido, más jamás le explicó al menor que él no podía ser igual y hacer las mismas cosas.

Taehyung sonría mostrando todos sus dientes, a los dieciséis años, oyendo como su hermano le contaba sobre un supuesto niño adorable que le había declarado su amor en la cafetería.

Seokjin se veía feliz.

Y Taehyung lo estaba aún más viendo como de enamorado estaba su hermano mayor.

Glasses' Boy •• KOOKV🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora