Kumade.

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"Kumade: Su traducción es "Mano de oso". Como se menciona anteriormente, este es un símbolo de prosperidad durante las celebraciones del "Tori no Ichi". 

—Página web: Mirando hacia Japón.

17 de Julio de 2019.

https://mirandohaciajapon.com/tori-no-ichi-el-festival-de-la-prosperidad/

https://www.japanhousesp.com.br/es/stories/kumade-recolectando-buena-suerte/

Nota del autor: Por lo que investigué, es como una especie de "ramo" lleno de diferentes tipos de objetos u amuletos -como se les describe en el artículo a consultar-. Son talismanes para la prosperidad, dejaré el enlace de un portal que me funcionó de guía para saber más de la simbología y cómo son tomados este tipo de "Kumade". Repito que no trato de dar un mensaje erróneo respecto a una cultura de la que no soy parte y soy más que una persona que la aprecia  esta cultura y la toma como apoyo desde su superficie para ayudarme en la escritura y contexto de esta obra con fines de entretenimiento. 

Gracias por su apoyo. 

¡CONTENIDO EXPLÍCITO ADELANTE!

Estaban frías. Sus manos estaban completamente heladas... O al menos eso era lo que su mente decía... Tenía que recordarse a sí mismo mantenerse en silencio, pero era una tarea sumamente complicada, inclusive para alguien que ahora en el noventa por ciento de veces tenía su técnica -el vacío infinito- dominada, gracias a la misma persona que estaba sobre él, produciendo esto. Satoru sabía que no encontraría nada, absolutamente nada, que encajara para definir lo que podía sentir. Los finos y estilizados dedos de Suguru le sujetan con fuerza para que se quede quieto, de eso es consciente, y de la manera en que el aliento de este choca contra su pelvis cada ella sube y baja débilmente con su ayuda, aparte de como aquellos suaves, oscuros y brillantes cabellos acarician la palma de su mano. Su labio inferior ya estaba lo suficiente lastimado por sus incisivos al tratar de guardar el tono de su voz, tratando de respirar profundamente cuando el ajeno le guía más profundo en su cavidad y hace que su visión sea borrosa por algunos segundos, sus mejillas húmedas y ardiendo por el sonrojo, debido al calor que emana su propio cuerpo. 

— ¡Suguru! Espera... Se siente... —Baja la mirada hacia él, quien yace enfocado en aquella parte inferior de su cuerpo. Un tendido y largo recorrido de la lengua del mismo chamán de ojos rasgados le hace atacarse con sus propias palabras, gracias a ello su voz era algo más aguda, sus quejidos y gemidos más profundos— ¡No puedo!, y-ya no puedo... —Era penoso para él como la desesperación vuelve a quebrarle la voz y hacer que vire sus ojos, el de ojos negros juega con la zona más sensible de él, usando sus labios para dejar un casto beso sobre aquella primera zona de su masculinidad expuesta, audible entre las cuatro paredes que les resguardan de la fría noche a las afueras—.

El ojiazul tiembla, sus manos van desde tomar las sábanas o los cabellos ajenos hasta intentar cubrir alguna parte de sí fallidamente con el Yukata que yace deshecho bajo él y aún sujeto a sus hombros, totalmente expuesto para la única persona consigo. Suguru sonríe y emite un bajo sonido gutural, tendido entre las largas piernas de Satoru, con sus manos sobre sus muslos y su cadera, embelesado por la manera en que las cordilleras de su pelvis se asoman, una mera vista a los huesos que descansan bajo su carne cada que se mueve torpemente. Sentía que podía acostumbrase a esto. No entendía lo que lo había llevado hasta aquí, jamás había hecho algo... Así. Ningún vídeo o historieta para adultos hubieran sido suficientes para hacerle sentir que él pudiera hacerlo por su cuenta, ni siquiera desearlo o imaginarlo, pero ahora que estaba aquí sería difícil de borrar de su mente. ¿Él, llevar entre sus labios el falo de otro chico? Imposible, se hubiera reído hasta causarse la propia muerte. Pero había algo en la piel lechosa y suave de Satoru. Había algo, en él, su compañero y quien asegura es su mejor amigo, que le hacía querer explorarlo y recorrerlo todo de pies a cabeza. Una vez más lo lleva hasta su garganta, haciéndole cerrar los ojos con fuerza y respirar despacio, causando que algunas lágrimas se agolpen en sus ojos y le escueza un tanto la zona. Esto era un millón de veces mejor que tener que ingerir una maldición, se sentía cálido y agradable. Satoru es suave y dulce. Definitivamente lo cambiaría todo por este momento.

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⏰ Última actualización: Sep 09 ⏰

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𝗜𝗻𝗲𝘅𝗼𝗿𝗮𝗯𝗹𝗲. 「 SATOSUGU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora