-CAPÍTULO 6.ALEX-

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Subí los escalones hasta el piso de la chica preparándome mentalmente. Mentiría si dijese que no había pensado en abandonar varias veces y olvidar lo que pasó en aquel callejón, pero ahí estaba. Delante de la puerta de una asesina.

Desde fuera ya se veía que era un apartamento bastante viejo y tenía una cerradura de esas que si mirabas a través de ella se veía todo. Y eso fue justo lo que hice. Me agaché y colé mi ojo por ahí.

Y ahí estaba la chica que me había robado el sueño. La verdad, me había esperado cualquier cosa; que estuviese bebiendo, disparando a una diana... Pero nada me había preparado para ver a esa chica con un bebé en brazos y con una expresión de amor que no había visto desde hace años. Ya no había rastro de esa mujer que había arrastrado a sangre fría un cadáver, ahora solo existía una niña con un moño deshecho y ojos brillantes. Porque si, de todas las cosas en las que podía haberme fijado me fijé en sus ojos. Eran marrones, preciosos, y les rodeaban unas largas pestañas que casi le llegaban hasta las cejas.

En un acto de valentía (antes inexistente) me atreví a llamar a la puerta. Me abrió y entonces supe que esa chica iba a cambiar mi vida.

HASTA QUE LA VIDA NOS SEPAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora