-CAPÍTULO 10. ALEX-

9 4 1
                                    

De vuelta a casa me encontré a mi novia, Anne. Os preguntareis como e posible que teniendo novia haya seguido con mis aventurillas, pues bien, Anne no era mi novia como tal. Públicamente (para nuestros padres y los medios) éramos pareja, porque sus padres eran muy reconocidos y según nuestras familias nos convenía a los dos, pero personalmente cada uno teníamos nuestros rollos.

- ¡Alex! - gritó falsamente emocionada al verme- ¿Cómo estas mi amor? Ay cariño, ¿qué te ha pasado en la mejilla?

-Estoy bien- respondí tocándome la marca que me había dejado cierta chica enfadada- Me habré dado un golpe con algo.

- ¡Y aun así estas guapo! - chillo dándome un beso en los labios.

Cierto era que Anne era muy atractiva, con su larga melena rubia siempre suelta y su actitud de falso encanto. Pero como estaba la tía...

- ¿No te apetece venir a mi casa? - me insinuó susurrándome en la oreja.

Hice un esfuerzo sobrehumano, le sonreí y asentí.

Llegamos a su piso y volvió a besarme, esta vez más intensamente, sujetándome las mejillas con las manos mientras me tiraba a la cama.

-Ey, Anne, espera- me separé de ella y me senté en la cama- Tengo una pregunta para ti.

- ¿Qué? - soltó imitándome y sentándose.

Dudé

- ¿Tu alguna vez me insultarías o me pegarías? - le pregunté serio mirándola.

Ella se echó a reír como si fuera la pregunta más fácil del mundo.

- Claro que no- dijo acariciándome la línea de la mandíbula con el dedo índice- eres perfecto tal y como eres, Al.

Odiaba que me llamara así y ella lo sabía. Si el diminutivo de mi nombre era Alex, no tenía sentido diminutivo del diminutivo.

Y ahí me quedé, dejando que me volviera a besar, pensando en la falsedad de la gente, los diminutivos y la chica morena que se había colado en mi vida.

HASTA QUE LA VIDA NOS SEPAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora