Black and White

Capítulo 32 "Despertando"

Capítulo 32 "Despertando"

Sentía una ligera molestia. En vez del dolor que antes me recorría el abdomen ahora apenas siento una ligera molestia. Me pregunto si morí. Aunque eso es imposible ya que estoy sintiendo. Cuándo mueres no sientes nada. ¿Cierto?

—Tuve que abrirla, es una herida profunda por lo que había que ver si daño algún órgano—Escucho una voz masculina desconocida. Mis sentidos se alertan, aunque los siento un poco desorientados. — ¿Repíteme porque hago esto? Sabe que es ilegal.

—Te he salvado la vida miles de veces evitando que miles de novios furiosos te golpeen hasta morir por meterte con sus novias. —Esta vez escucho la voz de Ethan.

—Touché. —Me remuevo un poco al sentir algo pincharme la piel. Intento abrir mis ojos pero tengo los párpados muy pesados. —Al parecer tu amiga está consciente. ¡Joder! Que le he un dado sedante.

Escucho la voz del desconocido tiene un acento un tanto extraño. No es de aquí. Tal vez sea español por la manera de hablar.

—Eli—Escucho a Ethan llamarme de manera gentil. Siento una mano en mi cabello acariciándola suavemente. El tacto es bienvenido a pesar de no poder sentirlo en toda su intensidad.

Hago un esfuerzo sobrehumano para poder abrir mis ojos. Lo logro, lo primero que mis ojos captan es el rostro preocupado de Ethan.

—Hola—Saludo mirándolo. Una pequeña sonrisa se me escapa mientras lo observo.

—Hola—Me responde el saludo mirándome a los ojos.

—Lamento interrumpir a los tórtolos pero tengo que terminar de coser a esta señorita

— ¿Quien es el idiota? —Pregunto mirando ahora al dueño de la voz desconocida. Tiene cabello castaño con ojos marrones claros. Es lindo sí. Pero en sus ojos tiene una mirada arrogante e infantil.

—Este idiota ha salvado tu vida preciosa. Deberías enseñarle modales a tu novia Ethan—El idiota le dice a Ethan. Lo fulmino con la mirada.

¡Nadie tiene que ensenarme nada!

—Mis modales están bien como están. Si no te gustan ve y quéjate con la administración

—Me gusta. Te la buscaste rebelde. —El idiota sonríe como si le hubiese dicho que ganó un millón de dólares. ¡Increíble!—Y pensar que en la universidad te gustaban calladas.

—Raúl cierra la maldita boca. —Escucho a Ethan espetarle al idiota.

Al menos ahora sé cómo se llama. Y que debe ser definitivamente español, por A: su nombre y B: su acento.

— ¿Dónde está Ian?—Pregunto mirando a todas partes sin poder verlo.

—Salió a comprar unas cosas debe estar por llegar. Ahora tranquila para que Raúl termine de coserte la herida. Luego tendremos una gran conversación tú y yo.

—Que aburrido. —Resoplo dejando que el españolete de cuarta termine su trabajo.

Durante el proceso lo único que puedo hacer es pasar mi mirada de Ethan al techo y del techo a Ethan. Sin saber muy bien qué hacer. Cuando el español termina que me pone una gasa sobre la herida me dice que puedo levantarme. Claro es más fácil decirlo que hacerlo.

Con gran dificultad, ayudándome con mis manos y un poco—en realidad, bastante—de ayuda de Ethan me pude sentar en la cama. Coloco mi rostro serio mirando al español. Aun queda un asunto por arreglar.

— ¿Qué tanto sabes?—Pregunto de manera directa.

—Lo necesario. —Responde sin borrar esa sonrisa burlesca que me dan ganas de quitársela y luego bailar sobre su cuerpo inconsciente.