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Capitulo 6 "Cuentas pagadas"

Capitulo 6 “Cuentas pagadas”

Cuando los médicos me revisaron y verificaron que todo estaba bien me informaron que podría salir en 24 horas.  Cosa que negué.  Estaré fuera de aquí en 6 horas me den o no me den de alta.  Odio los hospitales, odio los médicos y odio estar aquí.  Mi herida esta vendada y solo necesito hacerle los cuidados necesarios que en mi propia casa puedo hacer.

—Olvídalo, no te irás antes de tiempo—Dice Ian con un tono serio.

Demonios.

Descubrió mi plan.  Ahora debo poner en marcha el plan B.

—Pero Iannn—Replico como niña caprichosa de 6 años.

—Nada de peros, el doctor dijo 24 horas y serán 24 horas, ni más ni menos, así que quiero que estés ahí tranquilita.

Al final decido darme por vencida.  Pero aun así necesito que me haga un favor.  Necesito tener información de los malditos, cuando salga de este hospital voy a cazarlos, y hacerlos pagar.  Le explico a Ian lo que debe hacer, y él antes de irse me dice que no me mueva de mi cama.  Asiento y para su tranquilidad pienso en obedecerlo.

Pero claro, nada es como yo lo quiero.  Cuando él se marcha me entran ganas de ir al baño a hacer pis.  Necesito con URGENCIA hacer pis.  Y como no pienso esperar a que una enfermera loca venga y me haga hacerlo en un vaso, con cuidado me levanto de la cama.  Muevo el suero conmigo mientras cojeo al baño de la habitación. Con la diminuta bata que ni siquiera me tapa mi trasero, si quién lo diría, ando con el trasero al aire; bueno, como decía, con la bata se me hace fácil sentarme en el inodoro y descargarme.

Ahh…

Se siente tan bien.

Cuando termino de hacer mi necesidad biológica, decido que sería bueno lavarme.  Así que con una toalla pequeña, la humedezco y la paso por mi rostro, luego mis brazos.  La vuelvo a humedecer y repito el proceso hasta sentirme algo limpia.

—¡Que frescura!

Camino por la habitación, bueno cojeo.  Veo la ventana y la abro, entra un viento agradable.  Cierro mis ojos disfrutando el delicioso viento, hasta que claro, el viento decide soplar más fuerte y vuela mi bata haciendo que se me vean hasta las ideas. 

—¡MALDITO VIENTO PERVERTIDO!—Grito mientras cierro la ventana.

Bueno, ahora a acostarse en la cama antes que Ian llegue y me encuentre fuera de mi cama.  Para que vea que soy una niña buena y que sé obedecer. 

Pero bueno, la suerte está en mi contra, y alguien toca la puerta.  Imaginándome que es Ian, mi cuerpo se tensa.  Maldición. 

—V-voy—Balbuceo, mientras cojeo hacia la cama. —Pase

Prácticamente me lanzo sobre la cama, me arreglo todo muy bien, como si nunca me hubiese movido y listo.  La puerta se abre, dejando ver a una enfermera…

Solo es la enfermera de cuando me levanté.  ¿Por eso tanto drama?

—¿Cómo sigues?—Pregunta amablemente.

—Bien

—Solo vengo a traerte algo de comida—Entra con un carrito con muchos platos de comida. 

En la cama hay una especie de mesita integrada, bien mona, se arma y desarma. La enfermera la arma rápido y coloca un plato de comida encima de esta.  Con unos cubiertos a los lados, me pregunta si quiero agua, leche o jugo.  Y decido por agua.  Ella se marcha y veo el plato de comida y quiero vomitar.