Prólogo

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                                                                                        Nicholas 

Bueno, lo había conseguido, había logrado llegar hasta el último día de toda la carrera. ¿Qué me había costado llegar hasta acá? De eso no lo dudaba nadie, y tampoco nadie mi quitaba el orgullo que sentía de haberlo logrado por mis propios medios. Por qué verdaderamente todo lo me lo había costeado yo, desde las comidas y el transporte hasta pagar la mensualidad del cuarto las materias. Y supongo que por eso mi satisfacción era mayor.

Pero lo que más alegría me daba era tener a mi madre cerca, y mi triunfo en parte era para ella. A su lado izquierdo estaba mi hermana Laia, ambas con sonrisas resplandecientes. Cuando el decano pronuncio mi nombre, tome una bancada de aire y me levante del asiento sintiéndome el hombre más poderoso, no solo porque había estudiado una carrera si no por todo lo que reparaba mi futuro.

Porque tenía veintisiete años, y por fin podía visualizar mi vida como siempre lo desee, con mi propia empresa, una empresa que fuera tan grande que pudiera dar empleo a otros, así como yo lo llegue a necesitar en su momento, y también poder ayudar a muchas organizaciones benéficas.

Pero como todos los sueños, se debían cumplir de a poquito, día a día. Tome la mano del decano y con mi otra mano tome mi título de licenciatura en literatura y fue entonces cuando lo supe; mi vida acababa de empezar. 

                                                                             Taylor

No era ninguna coincidencia que mi graduación se llevara a cabo el mismo día y a solo una sala de distancia que la de Nicholas, durante los cinco años de estudio tanto la facultad de derecho como la de letras se habían visto las caras, lo cual era absurdo porque no había comparación alguna. Pero claro todo aquello tenía un punto bueno, me había permitido hacerse la vida un poquito más miserable a Nicholas.

Desde el momento en que supe que teníamos un curso en común, sabía que de mí no se iba librar tan fácil. Pero esos días se acababan hoy. Hoy probablemente sería el ultimo día en que lo vería, y siendo sincero no se me apetecía molestarlo, ya había tenido suficiente en todos estos años y además hoy era un día de celebración.

Cuando escuché mi nombre por el micrófono, lo único que pensé es que al fin se acababa las noches tortuosas de lectura y de casos ficticios. Porque a partir de la próxima semana comenzaría con lo real, a tener casos de verdad ya que el despacho de mi padre había tenido la brillantez de contratarme, en un puesto de asistente claro está, pero vamos que empezar a contar con experiencia a mis veintinueve años, era todo lo que siempre había soñado.

Una vez que baje de la tarima con mi título en mano, alce mi puño derecho en signo de victoria y me en camine a mis padres y el resto de mis hermanos y nos fundimos en un abrazo grupal.

-Bueno, no sé ustedes, pero yo pienso beber hasta que se me olviden todas las leyes que me sé.

-Por Dios Taylor, oficialmente eres un licenciado compórtate como tal.

Y ese había sido mi padre, quitando la diversión, pero para mí la fiesta apenas comenzaba.

The Lion and the WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora