21-Descubierto.

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Nick

-Habla Taylor...

-Nick yo...

- ¿Hace cuánto que tienes esto?

-Yo...

Pero no decía nada, las palabras no salían de su boca y yo no era nada bruto, bastaba con unir los cabos para saber la fecha exacta.

-Sabes perfectamente que esto era algo mío, que era algo que yo quería cumplir, y te hice prometerme que no lo harías.

-Nick no es lo que piensas...

- ¿Ah no? Compraste el maldito departamento que yo quería, para el que me he partido la espalda. Pero claro como el nene tiene dinero de sobra puede hacer lo que le venga en gana.

-Te estas desviando completamente de la realidad. Déjame...

-Una mierda Taylor- tire los documentos al suelo y me dirigí a mis ropas, debía salir antes de que el ataque de ansiedad me invadiera. - Confié en ti, te conté mi mayor anhelo y vienes y lo haces tuyo.

-No lo hice por esa razón...

- ¿Cómo pudiste seguir como si nada sabiendo lo que me dolió saber que ya no estaba disponible? - para entonces me estaba colocando ya mis zapatos.

-Iba a contártelo.

-Ni siquiera me duele que me hayas quitado mi sueño, me duele que me lo hayas ocultado. Un puto mes es lo que llevamos saliendo Taylor ¿y ya te crees con derechos?

-Nick, necesito que te calmes.

- ¿Qué me calme dices? Has arruinado no una, sino dos veces el feliz fin de semana que estábamos teniendo, me has ocultado algo importante y ahora ya no sé qué más me ocultas y para rematar, compraste mi departamento, si Taylor claro que me voy a calmar.

-No era esta la manera en que quería que lo supieras.

- ¿Sabes qué? ya no me interesa nada. Haz con el departamento lo que te venga en gana.

Salí de su habitación dándole un azote a la puerta. Lo escuché perseguirme cuando bajaba las gradas, cuando llegué a la puerta, desgraciadamente su familia venía entrando.

Era tanto mi coraje que ni siquiera me moleste en saludarlos.

-Taylor ¿se puede saber que está pasando? - escuche decir a su madre a lo lejos.

-Ahora no mamá.

Taylor seguía mis pasos, ni siquiera había tenido la decencia de vestirse y claramente la estaba montando en medio de la calle.

-Ya no quiero oír nada de lo que tengas que decirme.

-Al menos deja que te lleve a casa.

- No.

-Nick, por Dios, no te puedes ir así.

- ¿Qué parte de que no te quiero cerca no entiendes? Ya déjame.

Continúe andando, pero ya no lo sentía detrás de mí y fue un alivio. Ni siquiera lo mire de reojo, sentía tanto coraje y me sentía tan dolido que mezclado hacían un nudo en la garganta. Yo solo necesitaba llegar a casa, pero claro el camino a casa caminando era eterno, y con el sol de las diez de la mañana sentía que me iba a descomponer, así que fue como si caminará el camino de la amargura.

Cuando puede estar a la sombra de la casa, mi madre ya estaba lista para echarme un sermón.

-Lo siento mamá, después me regañas. Necesito estar solo.

The Lion and the WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora