Vacaciones Inesperadas

Capítulo 12

Capítulo 12:
La sombra de Ronny

La noche había caído y el grupo de amigos se encontraban en la cabina de la camioneta de la aquella pareja. La camioneta Ford roja de dos puertas ya se encontraba frente aquellas rejas negras y doradas esperando por el vigilante para dejarlos pasar.

El vehículo pasó por aquellos jardines y cruzó una pequeña desviación que llevaba al estacionamiento del lugar que era indicado por una flecha de madera pintada de negro y dorado con aquellas agradables y llamativas tipografías.

Todos se bajaron de la camioneta roja del señor sin antes despedirse y dar las gracias para después, caminar hacia el lobby para subir hacia sus habitaciones.

Mientras tanto, a unos pocos metros de la entrada del lugar, se encontraban Terry y Marcus intentando llamar a su amigo. Ya llevaba más de una hora que había salido y no aparecía por ninguna parte.

—¿Nada aún?—Preguntó Marcus viendo la cara de preocupación de su amigo.

—No. Ya hace bastante tiempo que salió y no es posible que no conteste. Siempre carga su celular consigo.

—¿Consultaste con el personal? ¿Nadie más lo ha visto?

—No—Soltó en aquél tono entrecortado como si aquella palabra estuviera programada automáticamente—Nadie se ha percatado. Oíste lo mismo que yo cuando ese imbécil barrigón nos dijo que la última vez que vio a Ronny fue cuando hizo ese melodrama al salir del salón.

Las expresiones en sus semblantes eran de preocupación. No creían que Ronny hubiera desaparecido del lugar o ido a otra parte.

—Viejo, ¿qué me dirá su madre?—Pronunció en un tono preocupado—No debimos dejarlo ir solo. Le prometí que lo cuidaría.

—Relájate, ya aparecerá. Ronny no puede ser tan tonto como para perderse en un lugar cerrado.

Ambos se miraron por un corto momento para asentir levemente dentro de un preocupante ambiente.

De repente, el celular de Terry sonó, informando una nueva llamada. Ambos se asombraron por la notificación y atendieron rápidamente la pantalla de aquél aparato:

—¿Hola? ¿Ronny? ¿Ronny dónde estás?—Atendió desesperadamente Terry— Llevamos más de una hora buscándote viejo.

—¿Les divirtió la partida de esta mañana? Yo si me la pasé en grande. ¿Saben cual fue mi parte favorita? La exquisita pelea. Si me lo preguntan, la repetiría las veces que fueran necesaria.

—¿Dis... disculpa? No entiendo lo que tratas de decir—Aclaró Marcus escuchando la llamada por el altavoz.

—El choque de su espalda golpeando muy fuerte contra la pared...—hizo una pausa para soltar un suspiro—...fue algo que jamás pensé en disfrutar mucho.

—¿Quién diablos eres y que haces con el teléfono de Ronny? ¿Dónde está, eh?—Atacó Terry.

—Ronny... Ronny... ¡Ah! Su dulce amiguito peleador. No sé. Supongo que en un lugar un poco más seguro al parecer.

—Te lo advierto imbécil y te lo diré una última vez, pásale el teléfono a Ronny antes de buscarte y partirte a golpes.

—Ay eso suena tan dulce. Lo mismo me había dicho tu amigo. Pero tranquilo, él está bien. En este momento está descansando. Pero, si quieren saber dónde está, pregúntenle a mi grupo. Darle su lección se me hizo muy placentero—añadió aquella voz profunda y ronca en medio de una leve risa burlona—Él los va a estar esperando para que lo vengan a buscar. Estaba muy ebrio cuando lo encontré. Vengan, es todo suyo. Ya me voy.