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"Destinados a estar juntos hasta que el sol muera"

Otro momento en el sistema solar, no había día o noche, solo había rotaciones al sol. Hablando del Sol el rumor llegó hasta él quien se preocupó que otra vez Tierra y Luna fueran a él, pero al hablar a solas con ellos, al explicarle un poco sobre lo que eran realmente. El Sol solo dijo que no había problema alguno y que dejarán de hablar sobre eso como rumor sino como realidad.

—¡Tierra y Luna están juntos! ¡Así que digan lo como verdad y no como tal vez!

Después de eso, todos se interesaron sobre ese tema, el amor, relaciones, matrimonio. Pero así Tierra les explicará de la mejor forma, nadie entendía del todo lo que decía, tal vez para ellos era diferente, por qué la Tierra tenía vida y la Luna era su satélite. Quien sabe el por qué. Pero aún así, Júpiter deseaba saber todo sobre el amor, no solo el amor romántico, amor pasional, de amistad, familiar, lúcido, pragmático, obsesivo, tóxico, consumado. Todos los amores que la Tierra tenía en su superficie. Fue así que en los siguientes meses, La Tierra y Júpiter se la pasaban hablando sobre ese tema, Tierra dándole libros, hablar sobre lo emocional del amor al igual que la biología que estaba tras esa emoción.

Por parte de Luna volvió hablar con Calisto e Io y sorprendente estaba ayudando a las lunas del gigante gaseoso sobre el amor también, fue bastante gracioso hablar con Europa y Ganímedes sobre los problemas que tenían, cómo podría ser interpretada su relación, esas conversaciones le hacían recordar las veces en que Tierra le habló sobre la ayuda con la conversación.

Era de esos días en que casi todas las lunas de Júpiter lo escuchaban hablar de lo mucho que amaba a Tierra, el cómo comenzó su relación y tratar de describirles lo que sentía en su núcleo cada vez que estaba con Tierra.

—Estaremos siempre juntos, eso fue lo que él me dijo.

—¿Y tú crees que así sea Luna de la tierra? —preguntó Europa, pero esa pregunta hizo que Luna recordará algo que lo hizo ponerse muy triste en su momento. Pero no deseaba alterar a las lunas de Júpiter con ese hecho.

Pero todos notaron su cambio de actitud.

—¡¿E,E,,,Estás bien Luna de la tierra?! T,Te vez, mal... —decía Io preocupado. Luna cambió su cara tratando de disimular.

—Si, es solo que recordé algo de hace muchos años, no se preocupen. Cosas tontas de un satélite como yo.

La voz de Tierra resonó, era hora de irse, se despidió de todos, pero les dejo esa duda, esa tristeza en sus ojos no era normal, pero seguramente Júpiter tampoco sabría sobre eso, ni ellos mismos sabían que preguntar.

Otra vez solos en la zona de ricitos de oro, Luna miraba a Marte jugar con Deimos mientras que Venus jugaba con Fobos y era mirado por Tierra, por alguna razón había mucho silencio entre ellos.

—Siempre estaremos juntos Luna, te lo prometo, no tienes por qué dudar de mí —dijo Tierra, Luna se sorprendió por eso, al parecer los planetas escucharon la conversación. Luna suspiro.

—Lo sé... pero no para siempre que me gustaría... y sabes a lo que me refiero.

"El Sol tiene actualmente unos 4600 millones de años y vivirá otros 6000 o 7000 millones de años. Cuando llegue al final de su vida, el Sol se expandirá hasta convertirse en una estrella llamada gigante roja. Esta expansión posiblemente engullirá la Tierra y destruirá nuestro planeta. Algunos planetas sobrevivirán, otros serán destruidos o expulsados del Sistema Solar."

Esa fue la noticia que llegó a Tierra hace años, la leyó en voz alta, lo que hizo que Luna también la escuchará, ambos se quedaron horrorizados al escuchar tal cosa, y no era una teoría de los terrícolas, era una posible realidad, las matemáticas y la física no podían mentir, Luna se la pasaba llorando imaginando que todos morirían, pensar que no tendrían ese felices para siempre.

Pero Tierra le abrazó, diciéndole que estaba bien, que tal vez podrían volver a nacer como lo hicieron sus vidas pasadas, Proto y Theia. Diciéndole lo mucho que lo amaba y lo amará hasta que el sol exploté.

Y eso mismo estaba haciendo en este momento, abrazando a Luna, secando sus pocas lágrimas, recordando que lo amaba tanto y que, estaba feliz con esta vida como planeta, así le pasarán cosas malas, así sintiera dolor. Estaba tan feliz de haber tenido a Luna siempre a su lado, aún cuando la única vida que tenía eran células.

—No pienses en eso, cuando ese día llegué, prometo abrazarte para que nuestros restos estén juntos igual. Nada es para siempre Luna y eso está bien. Ya no llores, odio verte así.

Luna correspondió el abrazo, Tierra tenía razón. Cuando ese día llegué, estarán juntos, nacieron juntos, crecieron juntos, viven juntos, se amaban mutuamente.
Obviamente morían juntos.

El llamado de alguien rompió el abrazo, era Mercurio invitándolos a jugar a las cartas, Tierra aceptó y Luna limpió sus lágrimas. Nuevamente, todos los planetas rocosos están jugando juntos y Luna escucha a Fobos y Deimos.
Un momento normal es el espacio exterior.

𝐌𝐢 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐞𝐭𝐚 [ tierra x luna ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora