Unidos por incidentes que al final llegan a extenderse por una pandemia, algo que se salió de sus manos.
¿Compartir tu casa con una completa desconocida?
Ambos se cuestionarán mutuamente y se llegarán a conocer muy bien en poco tiempo.
¿Como será su...
Conocía a las personas que estaban en la misma habitación que ella por falta de cuartos y aunque llevaba poco conociendolos eran su única compañía.
Charlaba con ellos, pero esa misma mañana uno de ellos había fallecido.
Se quedó junto a su amiga Helen, en unas horas trasladan a una nueva persona.
Todos los días le agradecía a las enfermeras que la cuidaban, incluso a los doctores por exponerse tanto para poder hacer todo lo posible para que ella se recuperará.
Casi no veía a su mamá, solo por videollamada, pero al siguiente día ella iría a visitarla y a dejarle cosas que Anny le había pedido para poder jugar con Helen.
Su madre siempre le llevaba ropa, todo lo necesario para su estadía.
Se alegraba de que Anny se recuperará poco a poco o al menos eso es lo que Anny le ha hecho creer.
Ella siempre pasa acostada, charla con Helen de sus vidas, pero le cuesta tanto hacer las cosas, así sea levantar la mano.
Anny ya sentía que no podía más.
Sin embargo siempre hacia un esfuerzo por su madre y por Ger.
German...
Él simplemente creía que Anny estaba en su casa y estaba mejorando.
La castaña le seguía mintiendo, no quería que supiera como estaba ahora, no quería que la recordará asi.
Anny solo quería que él estuviera tranquilo, él no podía hacer mucho por ella, pero sus mensajes eran la mejor curación para su corazón.
—¿Hablas con tu novio? — pregunta Helen.
Helen era una chica rubia de dieciocho años, usaba lentes, era la que se encontraba en mejor estado de las dos.
La rubia estaba sentada mirando a su amiga, ella estaba comiendo, mientras Anny usaba su celular.
—Si — afirma sonriéndole.
—¿No crees que ya es hora de que le digas la verdad? — cuestiona.
—No quiero preocuparlo de más — responde Anny antes de toser.
Helen le extiende un vaso con agua que está en una pequeña mesa que las separa de sus camas.
—Gracias — le agradece la castaña.
—¿Tu mamá viene mañana? — pregunta la rubia.
—Si, al fin la vas a conocer.
—Si, creo que eso me tiene un emocionada que no puedo ni dormir — menciona la rubia con una sonrisa.
—Solo faltan unas horas, cierra los ojos y verás que ya mañana temprano ella está aquí, le dije que te traiga los dulces que querías — enuncia la chica mientras sigue escribiendo en su celular.
Anny vuelve a toser fuertemente, se tomó su tiempo para recuperar el aliento.
No se sentía bien.
Tenía un mal presentimiento...
Toma su celular y contesta a un último mensaje.
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