Unidos por incidentes que al final llegan a extenderse por una pandemia, algo que se salió de sus manos.
¿Compartir tu casa con una completa desconocida?
Ambos se cuestionarán mutuamente y se llegarán a conocer muy bien en poco tiempo.
¿Como será su...
Cada día era peor que el anterior, el cansancio me ganaba, ya ni podía levantarme de la cama.
Mamá había comprado demasiadas cosas para ponerse y poder pasar al cuarto, la verdad es que todo había resultado y ella no se había contagiado de nada.
Mi mamá me daba ánimos, de que todo iba a estar bien, de que iba a mejorar y siempre al final me decía que podría ver a Ger, pero con todos los días que habían pasado yo ya veía eso como un futuro imposible.
Tenía demasiado miedo…
Mamá sabia que estaba aterrada, así que cada noche orábamos juntas, no era tan creyente, pero era mi única esperanza, al menos si me pasaba algo le pedía a Dios que cuidara de ella.
Ger llamaba como todos los días, pero por ahora había logrado evitar las videollamadas con excusas tontas que Ger lograba dejar pasar por alto, como que me quede dormida o que mi internet estaba fallando.
Simplemente no quería que él me viera así, no quería que supiera todo esto.
Me asusta aceptar esta pesadilla.
Pero sabia que él notaba que algo raro estaba pasando, lo conocía lo suficiente.
—Decime la verdad, Anny, ¿Qué está pasando? — pregunta
—¿A qué te refieres? — cuestiono haciéndome la desentendida por completo.
—Anny… — hace una pausa — Por favor se sincera, te escucho diferente, ¿Ya no querés hablar conmigo?
—No, Ger no es eso — respondo al instante.
Lo menos que quería en este momento era que él se sintiera inseguro o que desconfiara de mí.
—La verdad es que… — dejo salir un suspiro — Estoy un poco enferma, Ger — confieso.
—¿Qué? — cuestiona alterado — ¿Estás…
No permito que complete la frase.
—No — no le cuento la verdad en su totalidad — Creo que es solo un malestar y espero que así sea, solo me siento cansada.
—¿Segura? — pregunta completamente preocupado, lo sé por su tono de voz — Anny, ¿Por qué no me dijiste antes?, voy a buscar vuelos ahora mismo para ir a verte.
—¡Ger, para! — pido — Por favor, no hagas eso — ruego — No te conté específicamente por eso, no quiero preocuparte, solo es un simple malestar, se me pasara, tengo que descansar nada más.
—No lo sé — dice inseguro.
—Por favor, Ger, se que estas preocupado, pero no quiero que sea peor, ya tengo suficiente con mamá — y conmigo… — Sé que estas preocupado, pero estoy bien — miento.
Me odio a mí misma.
Quería gritarle que vinera ahora mismo y me abrazara toda la noche, eso era lo único que necesitaba.
—Entonces cortare la llamada para que descanses — menciona el argentino.
—No es necesario — musito acomodándome en mi cama.
—Claro que sí, necesito que te recuperes para que nos volvamos a ver.
Sonio, aunque él no pueda verme.
—Te amo demasiado — confieso mirando el techo de mi habitación.
Escucho un leve suspiro de su parte.
—Y yo te amo a ti, Anny y no tienes idea de cuanto — murmuro.
Se que acerca el teléfono a su rostro por la manera en que aumenta su tono de voz.
—No cortes la llamada — pido — Quiero oírte, no importa si me quedo dormida, contigo me siento segura.
Quiero llorar, pero me controlo.
—Bien, entonces… — Ger se queda callado — Te contare de como me dañe el pie de pequeño — rio al escuchar el cambio de tema — Es una increíble historia, créeme.
—Yo siempre te creo.
—Cuando el pequeño German tenía diez años…
[…]
Me había quedado dormida.
Me sentía un poco aliviada.
Ger siempre hacia que me sintiera mejor.
Ya había amanecido y por fin había logrado dormir una noche completa.
Tenía un mensaje…
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Te quedaste completamente dormida, creo que si estabas muy cansada 2:30 a.m.
No te mentiré, Anny, tengo mucho miedo, puede que sea un pequeño malestar, pero se puede significar tanto 2:33 a.m.
No sé qué haría si te llega a pasar algo 2:35 a.m.
Todo va a mejorar, pediré para que así sea 2:45 a.m.
Te amo, hermosa, te amo más que nada en este universo, tranquila, estaremos juntos siempre 3:04 a.m.
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