La luz fue tan intensa que la ausencia de oscuridad encandiló la vista de la luna por un segundo, el pánico no era habitual, pero se apreciaba en sus facciones y antes de tener certeza de dónde dirigiría sus próximos pasos, ya era guiada por un presuroso paso firme, las botas del aspecto del sol resonaban con cada rápido movimiento, seguido de su complemento lunar tan cerca que podrían ser una.
—Leona...—
—Debo sacarte de aquí...—
—No vuelvas a dejarme...—Las palabras fueron firmes, deteniendo cualquier movimiento, aumentando el nerviosismo de la mujer que guiaba sus pasos por el recinto de honra al solsticio.
—No lo haré, iré donde me pidas, lucharé con quién órdenes y iluminare cualquier camino que digas, pero por favor no te detengas ahora, no voy a permitirles tenerte...—Las manos cálidas acariciaron la piel cubierta por el aspecto lunar, su frente se vio invadida de cabello rojizo, cerró los ojos disfrutando del aroma, la sensación, el amanecer radiante siempre fue cálida, aún en aquel momento, podía sentir sus sentimientos más puros. Unos que la negaron por tanto tiempo.
—Tu eres quien me tiene...—Retomo camino sin dudarlo, nunca temió a la guerra, pero no era su mayor deseo, la madre astro era testigo de lo cierto de sus pensamientos.
—Y añoro tenerte de muchas otras formas, lejos de aquí, se que tendré la oportunidad de redimirme—La seriedad con la que las palabras escaparon de entre sus labios fueron suficientes para hacer temblar por un instante cada fibra del interior bañado de brillo lunar.
—Pareciera ser que por primera vez en mucho tiempo, el sol me sonríe...—Citando una frase de las memorias de los astros, leona pudo sentir en su interior algo agitarse con deseo, mordiendo su labio inferior cuando tuvo el impulso de voltear a beber del aliento ajeno, no era el momento para sentir algo como aquello, pero como todo lo incierto del mundo, no siempre se podía tener el control de todo.
"Librarás una guerra y saldrás vencedora, mi aspecto enviado..."
El destello del sol alertó al ejercito de clérigos a los pies del templo, tanto la luna menguante como el desafío observaron con seriedad al monte bajo ambos, sabiendo cual debía de ser su actuar en aquellos minutos, el sol descendía y la luna comenzaba se asomaba con fuerza, esplendor.
El espíritu lunar tenía porte de guerra, firme mirada dirigida hacia la muchedumbre que comenzaba a aglomerarse frente a las puertas del templo.
Un grito con el nombre de su la tribu lunar rebotó por las paredes de roca antes del destello enceguecedor, una distracción, ambos debían de dar tiempo, los ojos grises se posaron sobre los magenta, dejando una caricia en su mejilla, una que fue recibida con alivio, la piel de sus manos se vio atrapada en la amplitud de la contraria más tostada, ambos lo sabían, era el momento, respiraron profundo, permitiendo que el polvo de cálido pigmento se arremolinara a su alrededor, el mana salvaje del monte Targón se volvía tormentoso ante sus presencias unidas y determinadas.
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Destinados por la luna ☽ Settphel ☾
Fanfiction"Un día la luna te llamará, Aphelios" Las diosas poseen un lenguaje peculiar, sobre todo cuando mujeres las representan, los aspectos de la luna y el sol guardan secretos tras el manto de los portales espirituales, Runaterra arrebatada poco a poco d...