El Lunari le observaba con el cuerpo temblando, era un simple reflejo de ansiedad, uno que lo traía loco de hacía segundos, pero no se atrevía a realizar movimiento alguno, se sentía maravillado y aterrado a partes iguales ¿Por qué la luna les llamaba?
A él, a su hermana.
Aquel lugar era el más escarpado del monte Targón, un lugar casi inaccesible, donde hasta hacía solo unos segundos moría de frio, no pensaba decirlo, pero creyó no lo lograría, aquel espacio de cálido aire era un milagro, devolvía el color a su piel que estaba más pálida de lo que ya era, pero a su vez que estaba maravillado, estaba inseguro, su arma estaba en su mano, dispuesta, al estar junto a su hermana y el efecto de la Noctum, pero...
¿Qué haría aquel hombre?
—Vaya, madre luna, jamás pensé que serías tan benévola como para no hacerme buscar...—Voz grave, demasiado dulce, la cabeza fue hacia un costado, amenazando con rozar su propio hombro, su cabello albino se agitó junto al suave movimiento, cerrando los ojos amatista antes de volver la vista al cielo, como si su plegaria hubiese sido escuchada, aquella frase, sería completamente propia de un Lunari.
Settrigh intuía la verdad y estaba agradecido. Aphelios alguna vez le dijo, que ellos vivían en otros paramos, otras realidades de ellos mismos una donde podrían ser completamente iguales, completamente distintos, no existía una regla, solo que estaban unidos en alma, completamente vinculados a un destino similar.
"Te amaré aquí y en todos los universos, Settrigh"
Recordó, la ternura le inundó el pecho y avanzó un paso hacia quien estaba seguro, era un fragmento de su alma amada, más el joven frente a él, retrocedió el mismo que él avanzó, la fractura seguía abierta y lo seguiría estando hasta que el mana decreciera.
—¿Escuchaste el llamado de la luna? —Consultó el espíritu del desafío, el de ojos oscuros saltó en su lugar, tímido de pronto, su usual inexpresivo rostro era un poema de abatimiento, dubitativo, el dolor ponzoñoso de la Noctum fue olvidado en aquel momento ¿o era acaso aquella luz la que transformaba su dolor en algo llevadero?
Asintió, porque su hermana al igual que él, estaba muda.
—¿Por qué están tan silenciosos? —Ahora la que parecía sorprendida ante las palabras de aquel hombre era Alune ¿podía verla?
—"Tu... ¿puedes verme?"—
—Oh, por supuesto, escucharte también, todo devoto a la luna puede ¿Acaso ustedes son los únicos adoradores de la madre luna aquí? —Una punzada les recorrió la espina, tanto a la mujer vinculada a la fortaleza, como al arma de los adeptos, nunca nadie de su pueblo pudo ver la forma etérea de Alune, solo Aphelios y con un sacrificio enorme rasgado en absoluto dolor.
—"N... nunca. Nunca nadie pudo verme" —
—¿En verdad? ¿Estuvieron solos? ¿Por cuánto tiempo? —Su voz sonaba adolorida, Settrigh no soportaba la idea de saber que aquel fragmento del su amado sufrió en soledad el dolor de que la sagrada flor podía producir.
—"Nacimos para proteger a los nuestros... mi hermano es el asesino, yo las armas"—
—Eso no es cierto...—La voz del híbrido fue clara, firme, desafiaba una vez más, no era el espíritu del desafío solo por tender a disfrutar de las batallas, era el desafío mismo hacia todo, creencias, historias, doctrinas, desafiaba todo lo existente en la tierra, en aquel momento al atravesar aquel portal estaba desafiando a la realidad impuesta por la fractura que separaba sus dimensiones.
El no temía a la verdad, la buscaba, la añoraba y si aquellos frente a él, eran a su vez parte de su amado espíritu compañero, entonces él les ofrecería por medio del desafío, la verdad.
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Destinados por la luna ☽ Settphel ☾
Fanfic"Un día la luna te llamará, Aphelios" Las diosas poseen un lenguaje peculiar, sobre todo cuando mujeres las representan, los aspectos de la luna y el sol guardan secretos tras el manto de los portales espirituales, Runaterra arrebatada poco a poco d...