Despierto con el recuerdo del líquido bajando por mi garganta, el olor de aquella sangre era nauseabundo y el sabor asqueroso, la sensación es tan visceral que me provoca una arqueada.
Las imágenes van apareciendo mientras proceso lo que pasó esa noche. Había alguien reteniéndome, no podía escapar, era muy fuerte. Y no estaba sólo, acechando había otro, podía escuchar sus pasos y oler sus marcas pero no podía verlos, tampoco emitían sonido o palabra alguna. Ellos estaban allí para algo.
Después de lo que pareció una eternidad arrodillada en el frío, una mano agresiva me obligó a abrir la mandíbula y de inmediato fue vertida en mi boca la sangre. La sentía mientras bajaba, espesa y letal, capaz de matarme, su efecto no tardó en llegar. Inició como un hormigueo por mis brazos y se expandió cómo una marea por todo mi cuerpo. Aquel veneno drenaba mis fuerzas haciendo que perdiera el equilibrio, estaba a punto de caer pero ellos no me dejaron, mareada y débil no dudaron en su objetivo.
Sujetándome cómo si fuera copa, seguían vertiendo el líquido, ahogándome, presionando sus dedos en mi piel. Ya no podía más.
¿Acaso todo terminaría aquí? Recuerdo que la pregunta estaba en mi cabeza. ¿Cómo había llegado a esa situación? Indefensa y sola.
Con brusquedad la mano pasó a tapar mi boca. Claro, no podían dejar que vomitara todo su trabajo. Entonces ellos iniciaron una discusión, no conocía el idioma pero sus voces sonaban hostiles lo que significaba que las cosas podían ponerse peor, necesitaba encontrar una forma de escapar. Levanté la mirada hacia el que estaba en frente pero el recuerdo se distorsionó, mi mente sigue con sus juegos.
Las sombras de esa noche se mezclan en los rincones de mi subconsciente.
No.
Algo no está bien. Intento volver a ese momento, estaba en la ciudad, pero sigo teniendo está sensación extraña.
Cierro los ojos para retener todo, ellos me levantan y nos alejamos de... la casa. Pero no de cualquier casa, era mi casa en Italia.
No, no fue así cómo pasaron las cosas.
Me cargan y al instante empiezo a sacudirme, quiero escapar. Y es cuando la veo, allí está mi madre, camina a su lado mientras me llevan.
¿Por qué? ¿Adónde vamos? ¿Y por qué ella no hace nada?
Trato de llamarla pero no puedo abrir mis labios, quiero que sepa que tengo miedo.
Algo malo paso, ella camina justo detrás con la cabeza baja, envuelta en su pijama de seda rosa pastel, lo recuerdo con nitidez. Su mirada se cruza con la mía y se detiene tomándose con fuerza la bata a juego.
Me observa con temor y luego avanza para salir de mí vista.
El recuerdo de su voz llena de pánico mientras pronuncia mi nombre prevalece sobre todo lo demás. Tanto que juraría que me ha susurrado en el oído justo ahora.
—Nila.
Esa noche Gianna estaba asustada.
El dolor de cabeza me atraviesa terminando con la poca capacidad que tengo para seguir descifrando aquellas imágenes.
Me revuelvo cómo lo hice aquella noche para escapar, para detener el dolor. Abro los ojos en un cuarto lleno de muebles, y aunque estoy en el suelo esté no es rústico como lo había sido en el sueño en cambio estoy sobre una mullida alfombra persa.
Me desplomo y golpeo mi cabeza. Quiero que pare, necesito detener el dolor cómo sea. Incluso si tengo que abrirla para hacerlo.
Nada tenía sentido. Y tal vez, provocarme el suficiente daño logré algo. Si cuidarme no ha hecho nada en mi cerebro haré lo contrario.
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Nido de Serpientes y Espinas
VampiroNila es una chica vampiro que ha vivido protegida por su padre, Lord Serpentine. Hasta que una noche olvida algo importante y empieza a ser presa de terribles sueños, a la par los vampiros de Sangre Baja deciden sublevarse ante el Consejo cuando cad...