Dos.

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Pesadillas de Jungkook.

  Era otoño, entrabas en esa tienda de convivencia, las paredes azules grisáceas favorecían al color pálido de tu piel, tu rostro cubierto por la sombra de la capucha de esa sudadera negra, tu apariencia era vaga al igual que tú caminar, era algo ...

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Era otoño, entrabas en esa tienda de convivencia, las paredes azules grisáceas favorecían al color pálido de tu piel, tu rostro cubierto por la sombra de la capucha de esa sudadera negra, tu apariencia era vaga al igual que tú caminar, era algo gracioso verte tratar de aparentar naturalidad, pero esa mochila llena de productos de la tienda era algo cómico.

Eso quedó como un recuerdo, ahora lo revivo al ver esa tienda como si nada, como si tú nunca hubieras existido, desapareciste, ya no volverás.

-Yoongi... Yo...- te amo.

-Es mentira. - esa voz ronca que erizaba mi vello y me hacía dudar de mi juicio, lleno de eco mi mente y la incertidumbre estaba palpable, gire alrededor de mi mismo, las calles estaban vacías, entonces escuché un susurro, te divisé en la calle que llevaba a tu casa. Ese cabello menta que parecía un nido de pájaros, pero se veía adorable.

-¡Yoongi, espera! - caminabas (casi) como si yo no existiera, de no ser porque volteaste a verme de reojo para entonces seguir caminando. - ¡Min, soy yo, soy jungkook, POR FAVOR, ESCUCHA!

- Despierta, Jungkook. - escuché tu voz otra vez y solo me mirabas con esos ojos gatunos que ahora parecían vacíos, ese brillo de antes ya no estaba, mire hacia abajo para ver tu cuerpo, algo sucedía y no veía que era.

-¿Qué, qué dices? ¿despertar?, deja de decir cosas tan raras, ya vine por ti, vámonos de aquí, ¿sí? por favor. - tus ojos me miraron fijamente hasta que caiste en el suelo, un golpe duro, un rebote, una palabra, un último respiro.

-Jungkook... - mi cara se deformó al ver que no reaccionabas.

- NO, YOONGI, YOONGI, DESPIERTA, ESPERA, YOONGI, ¡YOONGI, POR FAVOR, ABRE LOS OJOS! - las lágrimas hacían su camino en mis mejillas que ya estaban marcadas, había dejado de comer por esta situación tan delicada, y no había a quien acudir ahora, tome tu cuerpo inerte entre mis brazos, estabas tan frío...

-Yoongi, perdóname, fue mi culpa, perdóname... - las cenizas de tu cuerpo empezaron a huir de ti, asustado trate de atraparlas, era tarde, no podía hacer nada. - ¡NO, ESPERA, NO TE VAYAS, AÚN NO ES TIEMPO, ESPERA! ¡YOONGI, NO TE VAYAS! - agite tu cuerpo en desesperación, tenías que despertar o de lo contrario iba a volverme loco, mis ojos dolían de tanto llorar, mi garganta raspaba como el demonio, pero no iba a dejarte.

. . .

- JUNGKOOK, ¡DESPIERTA, ES UNA PESADILLA! - las manos de su mejor amigo lo sacudían sin control para hacerlo reaccionar.

-¡Ah! ¿Jin...?, ¿qué?, ¿qué haces aquí? - las lágrimas me hicieron despertar de mi ensoñación repentina, las limpie con rapidez. Mi amigo me miró angustiado, no entendía que pasaba.

-Estabas gritando su nombre, tenía que hacerlo, me asusté, Jungkook... - y entonces lo entendí, tus cabellos menta y tu sonrisa gomosa ya no estaban más. Solo aparecías en mis sueños; al despertar, solo pensaba en lo mucho que quería verte a mi lado, pero no, no iba a suceder, y me culpaba por eso, por mi cobardía.

-Soñé con él, Jin, soñé que él se iba otra vez.- me ví rompiendo en llanto otra vez en la mañana por ti, mi amigo me extendió un plato de cereal, no quería un abrazo, quería a ese chico pálido de bromas horribles, me forcé a comer ya que Jin extendía la cuchara llena.

-Tranquilo... Sé que es difícil, pero no puedes seguir en este estado, kook, ya basta, por favor, te harás daño. - Jin solía ser muy paternal, limpiaba mis lágrimas con la manga de su suéter, sonreí lleno de nostalgia, solo alguien podía hacerme sentir así.

Min Yoongi, te extraño.

Quiero verte. kgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora