Capítulo 5: Hadassah Fernsby

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Daxtón

Estás semanas que habían pasado, eran un tanto más tediosas, pues Werner estaba preocupado por Fernsby, pues no la había visto de ese día.

Yo sí lo había hecho, pero solo lo hice durante una semana, ya que pasaba en busca de armas y así mismo volvía a salir, no le cuestionaba nada por que al final no era mi vida y tenia que respetar eso.

Pero acepto que era mejor trabajar con ella, siempre estaba preparada y sabia que hacer con exactitud, no dejaba que nada jodiera sus planes o incluso que llegarán a cambiarse por algún factor no antes visto.

Sawyer trataba de hacer lo que ella hacía, pero no era lo mismo, incluso llegó a quejarse por la cantidad de pendiente que debía hacer en un mismo día.

No podía matar, por matar, tenía que mantener la cabeza fría y no cometer alguna estupidez, pero era claro que él no era capaz de ello. Por eso tuve que hacerme cargo, eso lo molesto.

Pero Werner no quería perder la cabeza por estupideces de su parte, por otro lado lo único que lo mantenía con calma, era saber que ella no dejó de enviarle las armas que más usaba. 

Era lo que más ingreso le daba, pero sabía que anteriormente la había cargado de gran manera al decirle ciertas cosas a ella, sin pensarlo.

Había hablado con mi hermano, que me pedía en suplica que solucionará todo, no aguanta la convivenciacon mi padre, pero ella no estaba y mucho menos tenía su número, y para colmó no sabía exactamente dónde vivía.

Lo que escuché por parte de Werner, fue que ella había cambiado de número ya que el que tenia no funcionaba, los intentos que hacía eran fallidos.

Ella sabía esconderse bien, sabía lo que hacía y encontrarla no era fácil, había dejado de venir a buscar armas. O quizás lo hacía mientras dormía y entraba en total silencio para no dejarse al descubierto.

Exhale con calma, pensar mucho no me ayudaría en nada.

Unos toques desesperados en la puerta me hicieron sobresaltar, me levante despacio y camine hacia el lugar.

—¿Quién es? —pregunte, no tengo a nadie que pueda aparecer de forma sorpresiva.

—Soy... mierda. —reconocí la voz de inmediato, por lo que abrí la puerta, al hacerlo la observe tenía una de sus manos apoyadas en el costado de su abdomen, al parecer era una herida reciente por que la sangre brotaba de forma lenta pero escandalosa.

No le dije nada, simplemente la tomé en brazos, por que estaba muy mal parecía que se desmayaría en cualquier lugar, su cara estaba pálida y con un poco de sangre salpicada, cerré la puerta como pude y subí las escaleras hasta llegar a la que ahora era mi habitación, la deje acostada en la cama y fui por el botiquín al baño.

—¿Qué ocurrió? —le pregunté una vez a su lado.

Inspeccione su ropa, llevaba puesto un enterizo de cuero rojo, lo único seria cortar la tela, no pretendo ver más de la cuenta.

—Un maldito... me disparó de... —tomo aire, y calmo un poco su respiración. —me tomo por sorpresa el disparó, pero lo maté. —me hizo saber.

—¿Hace cuánto fue? —pregunté, tomé las tijeras y corto la tela alrededor de la herida.

—Hace como unos diez minutos creo, no estoy segura. —masculló. —Extrae la bala, no importa que no haya anestesia... no es la primera vez que me disparan.

Hice lo que me pidocon unas pinzas, apretó las sábanas y contuvo a toda costa soltar algún alarido de dolor, cuando pude sacar la bala soltó un suspiro de alivió, por suerte la herida no era muy profunda y tampoco está en peligro, sabía un poco sobre medicina.

Laberintos De Sangre ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora