HadassahDe pie frente al espejo y de pie me digne en observa por completo mi cuerpo, mire las cicatrices que adornaban mis brazos, mis piernas y en especial la que cubría mi abdomen, a parte de la que recién tengo.
Y sin olvidar la de mi pecho, tantas y cada una con recuerdos, eran latentes y difíciles de olvidar.
Me gire un poco, y mire las de mi espalda, y algunas más pequeñas en mi cuello, recuerdo que antes trataba de cubrir esas, pero aprendí a mantenerme con ello. Esas eran menos notorias que las demás, cualquiera que me viera diría que había sido ataca sin compasión alguna, y no mentía, por pequeñas heridas como esas mi posible muerte se hizo más lenta.
Algunas cicatrices no se divisan por ciertos tatuajes, pero eran muy pocos, no era amante de la tinta y mucho menos me gustaba sentir como el intenso dolor atraviesa mi piel, prefería verme tal y como era, esperaba poder mostrarlas algún día con total confianza, aunque eso pasara con alguien que me sienta cómoda.
Sí es que ese día logra llegar en realidad, no debería dudar, pero era pésima para tener optimismo en ese ámbito.
No me gustaba enseñar más de lo normal, aunque él calor quisiera acabar conmigo, prefería estar bien cubierta y aguantar. Extrañaba ponerme ciertas cosas, bien podría mostrar, pero odiaba que cuestionaran cosas que no eran de su incumbencia, prefería seguir siendo un cajón lleno de secretos.
A nadie le importa lo que pase conmigo, suelto un suspiro y me echo en la cama, miré el techo como si de algún modo pudiera entretenerme, sabía que causaba curiosidad, y me gustaba llamar la atención al ser muy revolucionaria, pero no siempre las cosas salen bien.
Antes de ir a parar donde Daxtón me lo pensé, no sabía si estaría y menos si me ayudaría, no quería verme frágil delante de nadie, al final terminé compartiendo algunas cosas de mí. ¿Pero que más daba? No me arrepiento, solo aún procesó la información.
No recuerdo haber tenido una amiga, o amigo, uno con el cual reír, llorar, cantar en incluso jugar.
Era feliz a mi modo, aunque deseaba una buena amistad, luego entendí por qué mis supuestos padres no permitían que saliera de pequeña, comprendí porque mis también supuestos hermanos eran así, entendí por qué nunca me defendían de ellos, y el por qué nunca me llevaron cuando se marcharon.
La vida me golpeó fuerte, la noticia me calló con un balde de agua fría, y prometí que ellos algún día se arrepentirían.
Lloré durante noches, me lamente por días, semanas, meses y años, y aun lo sigo haciendo. Solo que no tanto, aprendí a lidiar con ello, pero aún me faltaba confianza y mucho por sanar
Había adoptado una personalidad que no pensé que tendría, por dentro era la misma, carismática, risueña e incluso buena persona. A veces me salían esos gestos sin poder evitarlo, me gustaba actuar más y hablar menos.
Pero sabía que una conversación era interesante, cuando el tema cambiada de forma drástica, cuando comienzas hablando de fiestas y terminas hablando de cómo se encuentra o incluso como ves el futuro del país.
Es ilógico por donde empieza y termina la conversación, pero así pasa, en una hora se pueden tocar infinidades de temas y nunca te aburres, ya había olvidado que era hacerlo.
Lo hacía cuando estudiaba, cuando tenía momentos vagos de felicidad, cuando sentía que era yo y nada lo podía cambiar, cuando pensé que sería feliz y me golpeó la realidad.
La vida es como una montaña rusa, a veces subes, bajas y sientes que todo terminará mal, pero la velocidad disminuye y la calma regresa, vuelves a la cima. Y de pronto todo se gira y quedas de cabeza, piensas, piensas y piensas y no encuentras respuestas.
ESTÁS LEYENDO
Laberintos De Sangre ¹
ChickLit"-La elegancia y la muerte pueden parecer opuestas, pero en mi mundo, son una combinación perfecta" Cazó cada demonio, y destruirlo es lo que menos tiempo me lleva. Nunca despiertes un demonio, si no sabes el poder que conlleva arder en su infierno...