Capítulo 3

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Desde ese día y desde ese momento, habían pasado una semana. Una semana en la que Wooyoung se había alejado de Hongjoong. No alejado en el significado completo, o en el sentido metafórico de la palabra. Si no más bien que literalmente. Es decir, seguían conviviendo normalmente. Se hablaban y bromeaban normalmente. Pero Wooyoung siempre, siempre se mantenía dos pasos alejado de Hongjoong. Y siempre, siempre se cuidaba de no tocar a Hongjoong, y al mismo tiempo evitaba que él lo tocara.

Los dos primeros días lo atribuyo a que Wooyoung se sentía incomodo por haber tenido que contarle su secreto. O lo de su padre. Pero conforme pasaron las horas y los días, Hongjoong empezó a inquietarse más y más. No estaba seguro de que hacer; ¿sería conveniente preguntarle directamente a Wooyoung que era lo que estaba pasando? Y si lo hiciera, ¿cuál sería la respuesta de Wooyoung? ¿Se alejaría definitivamente? ¿Le diría que se siente incómodo con él por saber que era un hombre lobo, al extremo de mudarse de departamento?

¿Tal vez me excedí al tocarlo? ¿Tal vez no sabe como decirme que no lo vuelva a hacer sin ser grosero? Pensó un miércoles antes de quedarse dormido. Y con esas preguntas, una idea tomo forma, una forma pesada y redonda, y lo golpeo como una bola de demolición, quebrando cada sentido, y despertándolo por completo, desvelándolo.

¿Y si los hombres lobos tenían la capacidad de leer la mente? ¿Y si Wooyoung descubrió todos sus pensamientos y deseos por él, por sus manos, su piel, y su cuello?

_ Dios, _ dijo en una exhalación, aterrado.

Si eso fuese verdad, entonces, lo más probable era que el sentimiento de incomodidad de Wooyoung no tenía nada que ver con lo de los hombres lobos, sino mucho que ver con los sentimientos de Hongjoong por él.

Removiéndose incomodo en la cama, y sumamente apenado y con mucha vergüenza, rezo a todos los santos para que eso no fuese algo real.

¿Le debería pedir disculpas a Wooyoung, y decirle que eso no iba a volver a suceder? Aunque Hongjoong sabía que eso era prácticamente imposible de cumplir. Eran emociones, y sentimientos, y deseos que no podía evitar. Nacían desde un lugar profundo y recóndito de su ser. Un lugar que Hongjoong no tenía acceso, por ende, no era capaz de controlar.

No sabía qué hacer, estaba sumergido en un océano de dudas y miedos. Ir a Wooyoung para que despeje las propias dudas que él le estaba generando no era una opción viable. Así que opto por pedir ayuda a su compañero de trabajo, que también era un hombre lobo.

Así que el jueves en el restaurante, y sin saber cómo acercarse a Yunho, ni cómo entablar la conversación, porque ¿por dónde empezar? ¿Cómo le iba a preguntar lo que quería preguntarle sin que se viera tan desesperado? ¿O como si se viera enamorado de Wooyoung?

_ Hyung, _ lo llamo Yunho mientras se reclinaba y apoyaba los ante -brazos en la barra, justo frente a Hongjoong.

_ ¿Qué? _ Dijo Hongjoong completamente exaltado. Oh, Dios, los hombres lobos si pueden leer la mente, pensó aterrorizado y con los ojos como platos, casi al punto del infarto.

_ Wow, hyung. Tranquilo. ¿Qué ocurre contigo? _ Cuestiona Yunho frunciendo el ceño y viéndolo con preocupación_. Has estado actuando muy raro todo el día.

_ Ya lo sabes, puedes leer mis pensamientos, _ acuso entre una mezcla de indignación y resignación, mientras su cuerpo se desinflaba y se dejaba caer en el asiento detrás de él, mirando sus zapatos y no a Yunho.

El silencio se hizo presente por unos minutos, como la otra vez, tanto Hongjoong como Yunho fueron los encargados de limpiar y acomodar el restaurante para el día siguiente, así que solo estaban ellos dos, más el dueño en su oficina.

Mi lobo siempre le aulló a tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora