Registros de Orario del Minecrafter tramposo bastardo

#55 Conflicto e interés

#55 Conflicto e interés

~Pero no tenías que interrumpirme~

~Hacernos como si nunca hubiera sucedido y que no fuéramos nada~

~Y ni siquiera necesito tu amor~

~Pero me tratas como a un extraño, y eso se siente tan duro...~

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(Puerta del Sur)

Ais y Tiona compartieron una mirada mientras seguían a la chica mayor de cabello ardiente fuera de la Puerta y fuera de Orario por completo mientras pisaban las tierras desnudas de las afueras, en dirección al bosque circundante. Se sabía que el bosque en sí era un refugio para bandidos y bandidos a unos pocos kilómetros de distancia, pero por supuesto esa no era la principal preocupación de las dos chicas en ese momento.

¿Qué posibilidades tenían los bandidos, que estaban acostumbrados a robar caravanas de gente normal, como comerciantes, mercaderes o altos miembros de la sociedad, normalmente acompañados por sus séquitos blindados, contra dos aventureros experimentados de nivel 5 que podían aniquilar por sí solos a un ejército de miles de personas? ?

No, el problema al que se enfrentaban en ese momento era la propia Alex. La niña no les había dirigido una palabra desde que abandonaron la gruta, ni había mostrado ningún indicio de algún lugar de interés en la ciudad. Más bien, ella inmediatamente había comenzado a caminar delante de ELLOS, una demanda silenciosa de seguir sus pasos en lugar de que ella siguiera los de ellos. No era necesario dirigirse al elefante en la habitación; Sabían (al menos Tiona sabía mejor) por qué Alex estaba haciendo esto y dado el temperamento simple de la chica mayor, y mucho menos su alto nivel, tomaron la sabia decisión de guardar silencio, agachar la cabeza y dar cada paso que ella diera en cualquier cosa. dirección que ella eligió.

Sin embargo, eso no detuvo una sensación de frío que les recorrió la espalda. Alex no había mostrado absoluta desconfianza o disgusto en absoluto, e incluso si lo hubiera hecho, ¿qué podrían haber hecho al respecto? Esta chica conocía a Steve mucho más tiempo que cualquiera de ellos (poca idea tenían de exactamente cuánto tiempo), y era mucho más íntima con sus tendencias, sus comportamientos, sus preferencias, etc.

Tiona ya había tomado una decisión consciente de que Steve sería su compañero o su marido, dependiendo del término preferido que deseara. Su interés fácilmente expresado y su sincera voluntad de ser responsable de ella era un matrimonio tan importante como lo que le importaba a una amazona. Sólo necesitaban dar los pasos "finales" para cerrar el trato. Y Ais tomó su decisión únicamente en función de cómo el jugador la había tratado y prometido, además de cómo la había derrotado. La dinámica en torno a su relación personal con él era extraña, eso incluso ella podía admitirlo, pero sus sentimientos mutuos eran sinceros y sinceros.

El problema era que más allá de su personalidad y sus habilidades, realmente no conocían tan bien a Steve. Mantuvo los labios apretados sobre su pasado. Ese no era un concepto nuevo para ninguno de los dos. Ais le había contado a muy pocas personas quiénes eran sus padres y exactamente cuándo nació, algo que la propia Tiona no sabía. Y la amazona nunca se sinceró con nadie sobre su horrible infancia a manos de sus instructores y sus hermanas amazonas, bajo la mirada aguda y cruel de Kali.

La única parte redentora de la infancia de Tiona que podía apreciar era cómo su maestra, después de todo ese entrenamiento brutal, le traía cuentos y libros para leer.

Pero no había ninguna indicación sobre Steve, de dónde podría haber venido, cuál podría ser su lengua nativa, cuáles eran sus costumbres, nada en absoluto. Por el color de su piel, al principio pensaron que tal vez podría haber venido de una de las naciones del desierto de Kaios, tal vez Warsa o Israfan. Pero su acento claramente decía lo contrario, ya que sonaba más como alguien del Oeste o del Norte. Luego estaba la moda de su ropa. A él y a sus amigos parecía gustarles los colores brillantes y la ropa bastante sencilla. Realmente nunca tuvieron la conciencia de decirle lo ridículo que parecía su atuendo entre la gente de Orario.