Registros de Orario del Minecrafter tramposo bastardo

#28 Urano

#28 Urano

Steve optó por no decir ni hacer nada mientras esperaba la reacción que tendría lugar entre estos dos niños. Aunque, idealmente debería estar revisando a Ptah para ver si estaba bien considerando lo fuerte que tanto él como la chica se habían golpeado la cabeza. Pero, en su opinión, Ptah tenía un cráneo demasiado grueso para siquiera escuchar críticas genuinas cuando se las hacían, por lo que un pequeño toque de amor como ese no debería haber sido un gran problema.

Sin embargo, el jugador se preguntaba cuándo conocería a este personaje en particular. Porque en base a la información que obtuvo de ella se pudo determinar cuánto antes había llegado antes de que comenzara la historia. Sin embargo, a juzgar por su apariencia, se dio cuenta de que ya era bastante temprano. A la niña le faltaba uno de sus rasgos icónicos.

Las horquillas azules y blancas decoradas con campanas faltaban en sus coletas... lo que significaba que probablemente ni siquiera había conocido a Bell todavía.

"¿Ptah?" La chica cuestionó mientras miraba fijamente a lo que creía que era un viejo amigo.

"¿Hestia?" Ptah respondió, sin saber si al principio era ella o no. Después de todo, sin su Arcano, los dioses se veían muy diferentes aquí abajo que en los reinos superiores.

Un silencio embarazoso pasó mientras Steve sentía que su clímax se acercaba rápidamente. Los dos niños dioses parpadearon un poco más antes de que Hestia saltara con la sonrisa más brillante en su rostro mientras el aire parecía llenarse de destellos y flores a su alrededor.

"¡PTAH!" Ella lloró de alegría.

Ptah imitó sus acciones cuando él también saltó y extendió los brazos, el mismo espejismo ocurrió a su alrededor, solo que él fue un poco más dramático al respecto.

"¡HESTIAAAA!" Él 'literalmente' lloró mientras chorros de lágrimas corrían de sus ojos y corrían el uno hacia el otro nuevamente a tal velocidad que Steve temía que volvieran a golpearse la cabeza.

Pero simplemente se abrazaron y juntaron sus mejillas mientras se abrazaban en el abrazo más fuerte que Steve jamás había visto a dos personas juntas. Ambos lloraron de alegría mientras el aire se iluminaba con gotas de rocío, sol y arcoíris a su alrededor. Steve se frotó un poco los ojos para asegurarse de que no estaba viendo simplemente esos espejismos.

Desafortunadamente, aparentemente eran solo espejismos, ya que las visiones se desvanecieron una vez que se frotó los ojos.

"Increíble." Murmuró decepcionado consigo mismo antes de hacer una mueca de molestia cuando una cuchara de metal salió volando por una ventana del edificio al lado del que estaban.

Navegó por el aire con una especie de precisión psíquica cuando lo golpeó de lleno en la nariz y miró fijamente la casa de donde venía. La ventana por la que había sido arrojado estaba bastante alta en la pared, lo que significa que ninguna persona podría haber mirado por ella, por lo que literalmente había sido un disparo a ciegas.

"¡MANTÉNLO ABAJO!" Llegó la voz ronca de un hombre hirviendo de rabia por dentro.

"¿Cómo te atreves, pequeño-" dijo Steve antes de ver una lámpara de aceite colgando del costado de la casa.

Al recordar ese momento, razonó que tal vez la mezquindad de Ptah se le estaba contagiando. Porque Steve inmediatamente lo arrancó y lo arrojó por la ventana de donde vino la cuchara. Se escuchó un cristal roto antes de que un charco de luz brillara repentinamente en el interior mientras el mismo hombre gritaba de ira desde esa habitación. Al poco tiempo, el olor a madera quemada llenó el aire, pero para entonces Steve ya se había ido cuando agarró a los dos dioses (que por cierto todavía estaban abrazados) y salió corriendo de allí.