3. beggin'

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La música cada vez parecía sonar más alto, y Violeta pensó que le iba a meter el altavoz por el culo a quién estuviera poniendo música clásica a todo volumen a aquellas horas.

—¡Buenos días, chicas! ¡Feliz primer día oficial del CampamenOT!

—Joder, Kiki, no sé cómo tienes tanta energía nada más levantarte.

Y más viendo la hora a la que volvió ayer.

Violeta no se consideraba una persona entrometida, pero viendo los cuchicheos y risitas en los que habían estallado el resto en cuanto Chiara se había ido la noche anterior, no podía evitar tener curiosidad. Habían mencionado algo de una tal Julieta y de la morena siendo una rompecorazones, hasta que Martin les mandó callar y siguieron un rato más con el juego antes de irse a dormir. Y luego, la morena había vuelto pasadas las dos de la mañana, cuando Violeta seguía dando vueltas en la cama tratando de dormirse.

—¡Buenos días, chicas! —saludó Suzete desde la puerta de la cabaña—. ¿Qué tal habéis dormido?

—Bieeen —se escucharon un par de voces a destiempo.

—Hasta que no me termine de quitar las legañas no puedo dar una respuesta con sentido —dijo Denna con la voz ronca.

—Bueno, no tardéis mucho en ir a desayunar, que tenemos un primer día largo por delante.

—¿Qué actividades tenemos hoy ? —preguntó Bea.

—Eeeh pues... sinceramente, ahora mismo no me acuerdo. Perdonad chicas, es que tengo bastante mala memoria —se disculpó la monitora—. Pero está anunciado en el tablón a la entrada de la Academia, así que ahora lo veis.

Y con esto se fue, dejando a las chicas solas de nuevo, que empezaron a levantarse de las camas, algunas poniéndose un pantalón de chándal y otras arreglándose un poco el pelo con las manos.

Violeta siempre había tenido un despertar lento, era de esas que se ponían la alarma quince minutos antes para tener tiempo de desperezarse en la cama sin prisas. Mientras trataba de reunir fuerzas para salir de entre las sábanas, el pie de Denna le golpeó el hombro.

—Buenos días, Vio.

—Buenos días, Denni. ¿Qué tal has dormido?

—Buah, pues la verdad es que me quedé frita nada más toque la cama. Estaba agotada.

—Menuda suerte, yo tardé quinientos años en encontrar postura. Y encima esta —señaló la cama de arriba, en la que dormía Ruslana, y susurró la segunda parte de la frase —ronca como una puta ballena.

Denna se rio mientras miraba a la ucraniana, o más bien se la imaginaba, porque tenía la cabeza tapada bajo la almohada y su mal humor se podía sentir a kilometros.

—Chicas, ¿vamos? —preguntó Salma dejando colgar la cabeza desde la cama de encima de la rubia.

—Vamos.

Violeta y Denna habían hecho bastante buenas migas con ella y Bea la noche anterior, les parecían un duo dinámico muy gracioso, y juntas se dirigieron al comedor.

Era curioso ver a tantos chavales, desde niños hasta casi adultos, desayunando todos juntos, la mayoría despeinados, en pijama y aún en proceso de despertarse. La diferencia de personalidades era más notable que nunca, y Violeta observó que la gente que más energía parecía tener por la mañana eran Chiara, Lucas, Álex y Omar, que se había sentado con ellos, al igual que Suzete.

—Se me había olvidado que hablabas en sueños. Menuda turra —le dijo Martin a Álvaro apoyando la cabeza en su hombro.

—¿Y qué dije? ¿Te declaré mi amor eterno?

El CampamenOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora