Trapped In Your Heart (JinTae) [+18]

2. Time to heal

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Un agotado Taehyung dormitaba incómodo en el pequeño sofá de un cuerpo, prácticamente con un ojo abierto y el otro cerrado.

Casi había pasado la noche en vela tratando de revisar al "paciente" que yacía plácidamente dormido en el gran sillón cercano a la chimenea.

Desde el lugar donde el rubio estaba podía apreciar al hombre extraño; su respiración acompasada y sus mejillas ruborizadas por el calor del aún crepitante, aunque débil, fuego de la salamandra.

Se veía tan tranquilo, tan pacífico que era difícil creer que horas antes estuvo al borde de la muerte. Y es que si no hubiera fallecido en el accidente aéreo, que de fortuna Taehyung pudo presenciar, habría sucumbido de igual manera congelado por la terrible tormenta que se desataba afuera y que sacudía peligrosamente la pequeña y humilde cabaña en la que el doncel habitaba.

Miraba la hora en el reloj de la pared amaderada, ya eran las 7:12 de la mañana. No tenía sentido seguir retorcido y magullándose los músculos ahí en ese incómodo asiento, así que se levantaba, se relamía los labios, estiraba sus brazos desperezándose y se dirigía a la chimenea para echar más leña. Ponía agua en la tetera y la colocaba en la cocinilla y calentaba agua para darse un baño. Iba al baño, se lavaba la cara, los dientes y se peinaba.

Luego iba hasta la nevera y sacaba uno de sus platos que ya tenía preparados. Lo vertía en una pequeña cacerola y lo ponía en la hornilla. De repente un ruido lo hacía sobresaltarse... un quejido. Apagaba la hornilla y se dirigía al sofá.

--¡No, no te muevas! No hagas esfuerzo aún. --Taehyung se aceraba cauteloso al cuerpo del castaño que se removía entre la manta.

El hombre emitía un gemido de dolor al intentar sentarse. Taehyung rápidamente tomaba un vaso con agua y el antiinflamatorio para poder dárselo al extraño.

--Toma esto. Es ibuprofeno, para el dolor y la inflamación, no tenía antiinflamatorios inyectables, así que no pude administrarte ninguno.

El castaño por primera vez notaba realmente la presencia del rubio y con un poco de desconfianza lo tomaba, se lo echaba a la boca y bebía del vaso. Tosía un poco y luego se aclaraba la garganta.

--Gra- --carraspeaba --gracias, ¿dónde estoy? --preguntaba con un hilo de voz el desconocido, aún con la voz algo rota.

--Estás a unos kilómetros de Hongcheon, en la provincia de Gongwon-do, las montañas para ser un poco más específico. --respondía el rubio, con voz amable, tomando el vaso de sus manos.

--¿Qué fue lo que pasó? --interrogaba nuevamente el extraño, mientras echaba una mirada al lugar donde se encontraba. Sus ojos iban vagando por cada rincón de la pequeña cabañita, que no medía más de 50 metros cuadrados.

--Esperaba que fueras tú quien me lo dijera, pero al parecer tuviste un accidente aéreo. Fue una especie de suerte que te encontrara, hay una terrible tormenta allá afuera y...