Trapped In Your Heart (JinTae) [+18]

7. Touch

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Taehyung no podía mirar a Seokjin a la cara, lo cual era bastante difícil considerando que ambos estaban atrapados en una casita de menos de 50 metros cuadrados. Tampoco ayudaba que el castaño de ojos almendrados ya caminara un poco más y lo siguiera a todas partes como un patito a su mamá, contándole chistes o tratando de entablar una conversación con él.

Y es que el doncel no podía creer que después de confesarse cosas tan íntimas el uno al otro y luego de un casi ataque de pánico por su parte, despertara al día siguiente entre los cálidos brazos del guapo hombre de labios de cereza. Casi se cayó de espaldas cuando se vio apretado contra su pecho, piernas entrelazadas y todo, muy a gusto y calentito. Aunque notó que Jin tampoco parecía incómodo, al contrario, parecía que este último se sentía mucho más cercano al doncel y trataba todo el tiempo de tomar su mano o acariciar distraídamente el pelo del rubio. Y a este último estaba lejos de desagradarle, le encantaba. Quería que lo tocara, quería que lo abrazara, pero jamás lo admitiría.

—...¿Qué fue eso? —la pregunta de Jin lo sacó de sus pensamientos.

—¿Qué cosa? —preguntaba distraído Taehyung, sin quitar los ojos de la zanahoria que estaba picando en la tabla.

—Estoy muy seguro que oí a un caballo relinchar-

—¿Un caballo? ...¡EPIPHANY! —Había olvidado por completo a su yegua que estaba por parir. —Tal vez ya comenzó el trabajo de parto. —Se lavaba rápidamente las manos, se quitaba el delantal de cocina que tenía estampados unos simpáticos corazones con labios amarillos, lo colgaba y luego se acercaba a la puerta del costado de la cabaña. Se ponía unas botas de goma y salía presuroso hacia los establos.

Epiphany era una yegua preciosa de color café con manchitas blancas y crin larga y trenzada. Taehyung amaba trenzar su crin de diversas maneras y siempre la mantenía limpia. Nunca la montaba, solo en casos excepcionales, pues le gustaba que ella corriera libre a pesar de lo mansa que era.

—Ya rompiste bolsa pequeña, pronto serás mamá —le sobaba la pancita a la dolorida yegua. -prometo no hacerte pasar por esto de nuevo, lo lamento, bonita.

—Es preciosa. —confesaba Seokjin a sus espaldas haciéndolo pegar un saltito.

—Sí, lo es y ya está en trabajo de parto, será una larga jornada. Si pudieras preparar la comida, te lo agradecería mucho. —pedía Taehyung mientras acariciaba a su animal sin mirar a los ojos de Jin todavía.

—Soy muy buen cocinero, no te preocupes ¿debo ocupar esa carne de pollo que dejaste en la nevera?

—¿Pollo? —por primera vez en horas el rubio se giraba confundido hacia el castaño.