La ventana de colores

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Hoy ya es mi tercer mes en este lugar que cada día me parece más sombrío, que o te trae una alegría o ni siquiera consigues salir de aquí. Cada mes que ha ido pasando he ido perdiendo más la esperanza de poder salir de este lugar y todas las demás personas que están conmigo se encuentran en la misma situación. Cada día me asomo a una pequeña ventana que hay en mi habitación con la esperanza de ver algo nuevo, de ver el exterior de este entorno oscuro.

A través de esta ventana lo que veo es el mundo exterior, un mundo lleno de color con sus diferentes problemas, pero siendo igualmente hermoso, ¿cómo voy a pertenecer yo a ese mundo? Obviamente, ese no es mi lugar, mi lugar es quedarme en esta habitación, en una esquina viendo cómo pasa el tiempo, viendo cómo las demás personas que se encuentran conmigo van desapareciendo, ya sea porque consiguen esfumarse de este mundo, superan sus miedos y salen a la realidad o la gente que te acompañaba y apoyaba que poco a poco se terminan alejando de ti al ver que no hay mejoría, diciendo cosas como "solo quieres llamar la atención" o "no puedes ser tan negativa, qué pesada eres con el tema".

Toda esa gente que te critica en este camino me ha hecho pensar que realmente lo que tengo es para llamar la atención y no un problema real, pero según los médicos esto cada vez va a peor y comenzarán finalmente con una medicación al respeto, medicación la cual mis padres deberán pagar con un dinero que ni siquiera tenemos.

Yo creo que la medicación no me hará nada, si solo quiero llamar la atención según la gente, no hace falta siquiera que se gasten dinero en ella, ya que todo lo que haga no servirá de nada, si quiero salir de aquí necesito ponerle ganas a todo este tema, unas ganas las cuales se esfumaron hace mucho igual que las de mis compañeros, que se han terminado convirtiendo en siluetas oscuras que caminan por los pasillos de esta estancia.

Continúan pasando los meses y aquí sigo, la medicación obviamente no iba a afectar en nada, solo hace que me drogue y empiece a reírme como si estuviera en realidad loca. Hace poco llegó un nuevo integrante a todo esto, pero él no es oscuro, sigue siendo una silueta blanca, una silueta pura en comparación con las nuestras que son completamente grises.

El primer día se nos presentó a todos y nos dijo que sería nuestro ángel de la guarda, que mientras él estuviera nadie iba a desaparecer de esta tierra, qué tontería de verdad en este lugar siempre han ido entrando y saliendo gente esfumándose de este sitio llamado Tierra.

El hombre comenzó a venir cada día a mi habitación a hablarme del exterior, de las cosas que hay fuera de aquí y de lo bien que se siente salir de todo esto, escucharlo me enciende dentro de mí una pequeña llama de esperanza, pero a su vez no sé qué pensar, ¿y si me está engañando como toda la gente que venía antes a ayudarme? Puede ser que esta vez sea diferente, aunque no lo creo.

Poco a poco se fue notando mi mejoría al lado de este chico, dándome curiosidad sobre que hay fuera de este lugar, que hay más allá de esa ventana que yo cada día observaba con muchísimas ganas de salir de aquí. Una de las veces que vino me preguntó ¿cómo terminaste aquí?, realmente no lo sé, todo comenzó con los problemas de la escuela que poco a poco fueron pasando los años y los problemas iban creciendo en vez de menguar hasta que llegó un punto que ya estaba aquí, no sé cómo ni cuando, pero de repente ya estaba rodeada de esta gente sombría. Tras unos meses más ya me encontraba mucho mejor, la ilusión había vuelto a mis ojos y la esperanza de una nueva vida florecía dentro de mí.

Un día de junio este hombre me acompañó a la puerta que separaba aquel mundo oscuro y el mundo real lleno de color y de nuevas oportunidades, seguido esto me dijo con una gran sonrisa en la boca, -Felicidades has superado la depresión-.

Pensamientos de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora