Llego a la casa y la observo desde fuera, sigue igual que cuando me fui, el antiguo tejado al que le faltan algunas tejas, el columpio del jardín donde me pasaba horas columpiándome junto al pequeño agujero bajo él donde arrastraba los pies para poder frenar, todo esto junto a los miles de recuerdos que habían pasado en ese terreno. Cogí las llaves y abrí la puerta, empujando un poco la cerradura hacia fuera, tal y como mis padres me habían enseñado de pequeño para que la puerta no se atascara, haciendo así que se abriera y los recuerdos me dieran un puñetazo en toda la cara. Mis ojos no podían creer lo que veían, todo seguía igual después de veinte años que me fui de casa y no había vuelto.
Suspiré y me metí a la casa cerrando la puerta detrás de mí, prometí que nunca más volvería a meterme entre estas cuatro paredes, pero mis padres fallecieron hace tres meses y ya era hora de que alguien viniera a ver la casa.
Me meto hacia la cocina y un flashback aparece en mi cabeza como si estuviera viendo una película, son mis padres gritándose el uno al otro y yo de pequeño llorando en el suelo con sangre en la cabeza, me acaricio la pequeña cicatriz que tengo en la ceja, ese día mis padres se pelearon mucho y me golpearon con una botella dejándome allí sangrando mientras se culpaban entre ellos de haber llegado a aquella situación.Cambio de habitación y me meto en el gran comedor, la sala más grande de la casa, otro flashback aparece, mi padre borracho durmiendo en el sofá y mi madre llorando en la habitación, una situación que se repetía muchas veces durante toda mi infancia, aunque iba cambiando porque a veces mi madre era la borracha y mi padre dormía en la habitación tranquilamente.
Creo que ya es suficiente, me doy un golpe suave en las mejillas y sigo viendo la casa, llego a las escaleras y las observo en silencio, de pequeño decía que eran las escaleras de la bondad o maldad, si me dejaban subir a mi habitación, era como subir al cielo, donde estaba libre de los gritos y palizas, si me mandaban a bajar era como ir al infierno donde unos demonios que controlaban a mis padres me encerraban y me dejaban durante horas a oscuras llorando, hasta que los demonios liberaban a mis padres y entonces merecía volver al cielo o al limbo que era el piso principal, donde convivía de nuevo con ellos.
Decidí subir al cielo, a ver esa habitación donde tantas horas al día había pasado sin salir para nada más que comer o ir al baño.
Mi cuarto seguía intacto tal como lo dejé cuando me fui, la cama estaba hecha, todos los pósteres de las paredes seguían allí enganchados, era como si les hubiera dado pena sacar todos los recuerdos de allí, unos recuerdos los cuales yo no quería tener nada que ver.
Bajo las escaleras y me fijo en una antigua fotografía de mis padres con un pequeño niño riendo en sus brazos, ese niño era yo, aunque después de esa fotografía aquel niño murió y nació uno nuevo sin emociones, la cojo rápidamente y me la llevo a la chimenea del comedor, la meto y enciendo el fuego con unas ramas secas que se encuentran allí.
Mientras veo cómo esa fotografía se va consumiendo en las llamas, los recuerdos inundan mi cabeza y salen por mis ojos en forma de lágrimas, que ruedan por mis mejillas sanando heridas, heridas de la infancia. La fotografía acabó de consumirse por completo y yo suspiré, nadie me entendería si les contase esta situación, solo yo sabía qué pasó en casa.
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Pensamientos de medianoche
Teen FictionEste libro es una recopilación de todos mis mini relatos con tal de darles más visibilidad, si quieres sumergirte al completo en este libro solo recuerda, nunca nada es lo que parece.