Que venga la tranquilidad

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Estoy tan confundido,
ya no sé si el día es celeste,
estoy tan confundido,
ya no sé leer el ambiente.

En comportamientos erráticos,
me muevo y quiero detenerme,
me detengo y quiero moverme,
envuelto en pastillas y apático.

En voces calladas y ojos,
que no quieren ver,
caminando por las paredes,
sintiéndose fuera de escenario.

Un papel que nadie
quisiera interpretar,
ladeo la cabeza
y sigo sin ser alguien.

Que venga la tranquilidad,
en tu dulzura y cariño,
que venga una gran cantidad,
porque lo necesito.

Ando por el techo,
y con el cabello ordenado,
en mi mente, mi lecho,
y en sueños desesperados.

Este mundo, en paralelo,
en amarga oposición,
a lo que anhelo,
el quitar esta sensación.

De ver estrellas en el día
y sentir al sol por las noches,
el controlar las vías
y soportar los golpes.

Que venga la tranquilidad,
en tu dulzura y cariño,
que venga una gran cantidad,
porque lo necesito.

MisceláneoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora