Los ayeres hoy parecen tan dulces,
sobre este techo que busca caer,
todos se van y yo soy inamovible,
una noche y otra igual de predecible.El paso del tiempo me está quitando,
toda fuerza que he de necesitar,
me está dejando sin tantas opciones,
en la barata idea de dejar.Mis probabilidades en la esquina,
las respuestas llegadas repentinas,
hacen un hoyo en mi llamada vida,
penetran en nuestros cansados días.Al abrir los ojos siguen conmigo,
en cada miedo estará mi destino,
rondando cada estar y malestar,
pidiendo en suplicio paz al final.