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— ¡Lo logramos! — Katara respiraba pesadamente

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— ¡Lo logramos! — Katara respiraba pesadamente.

— Si, imagínate lo que pudiéramos hacer si nos uniéramos, podríamos acabar con el señor del fuego Ozai. — Katara rodeó los ojos, ya conocía ese discurso, no quería escucharlo de nuevo.

Su manada se encontró en el punto acordado, aunque Sokka fue el último en llegar no lo hizo solo. Con él estaba Koa quien lo abrazaba por los hombros. Era sutil, pero se podía notar sus intenciones de empapar a Sokka con su olor. Zuko no dijo nada.

— Espero que nos volvamos a ver pronto. Gran-gran se alegrará de saber que están bien.

— Si. — Katara sonrió y caminó al lado opuesto de donde estaba su amigo, fue un hasta pronto.

Al llegar al hogar de los Beifong una cantidad anormal de sirvientes que les dieron la bienvenida al recinto, los alojaron en habitaciones distintas a cada uno, ya que, cada uno tenía necesidades diferentes

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Al llegar al hogar de los Beifong una cantidad anormal de sirvientes que les dieron la bienvenida al recinto, los alojaron en habitaciones distintas a cada uno, ya que, cada uno tenía necesidades diferentes. Katara le pasó una pulsera con el olor de ella a Sokka, él se negó diciendo que estaría bien porque no saldrían más en el día de hoy.

Ella sólo negó e igual se la dio.

— Yo, no saldré más en el día, pero tú nunca te estas quieto, llévatela.

Pasaron las horas y sonaron algunos toques en la puerta de Zuko, dejó de meditar y abrió la puerta al hacerlo se encontró con la mirada azulina de Katara.

— Hola.

— Hola.

— Servirán la cena pronto... Te estaremos esperando en el comedor. — La maestra agua se quedó un rato parada en la puerta, abrió la boca dudosa y la volvió a cerrar.

— Espera ¿Qué es lo que quieres decirme? Pareces nerviosa ¿Pasó algo malo? — Dudo unos segundos parada en la puerta y suspiro, cansada.

— No es nada que tenga que ver contigo, no te preocupes. — Por alguna razón pensar en que aún me ocultan cosas me molestaba porque ya me habían aceptado como uno más en su manada, entonces ¿Por qué evitaban hablar con él?

— No importa, puedes decirme.

Katara cerró la puerta después de entrar y se sentó en la silla que estaba al lado de la cama junto a la mesita que tenía la lámpara. Juntó sus manos y arregló su cabello despacio. Zuko se sentó nervioso, no creía que la chica de verdad le vaya a contar el problema, perduró un silencio hasta que Katara se puso firme, rígida en la silla.

— Koa estuvo actuando muy extraño durante la misión, hace poco se presentó como alfa, bueno, mejor dicho, hace poco se terminó de adaptar a él, creo que lo notaste ¿No? — Tomó aire. — Ahora estará en busca de pareja y Sokka quiso ayudarlo, no creo que sea buena idea que vaya con Koa, no por ahora.

— No deberías preocuparte, creí que le habías dado una pulsera con tu aroma. Sokka no necesita que lo cuides todo el tiempo. — No pasó mucho para ver como eso último molestó bastante a Katara. — Quiero decir-

— No entiendes. No entiendes que es tener un hermano como Sokka, sé que es el mayor, pero... — "El instinto de proteger" sabe que es difícil ignorar ese tipo de pensamientos.

Es cierto el no entiende que es tener un instinto protector hacia un familiar no desde que su madre murió y que ni siquiera pudo desarrollar completamente, luego con su relación con Mai era algo difícil de explicar porque si la protegía sin embargo no era una buena relación, la amaba o eso creía no estaba muy seguro de nada ahora.

Miro a Katara, Sokka era la única familia de sangre que le quedaba a la morena y aunque su padre y su hermana no eran las mejores personas al menos si los tenía, además de su tío que lo quiso incondicionalmente todo el tiempo, Katara solo tenía a Sokka y el parecía no importarle lo que sentía Katara cada vez que arriesgaba su vida.

— Lo siento... No quise decir eso, Sokka debe significar mucho para ti ¿Quieres que lo busquemos juntos? — Ella negó.

— Él volverá por sí solo, avísame si lo ves.

—  Él  volverá por sí solo, avísame si lo ves

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𝗗𝘂𝗺𝗯 𝗕𝗼𝘆 /ᴢᴜᴋᴋᴀ/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora