CAPITULO O5

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Le regalé una leve sonrisa a Leonardo quien me abrazó fuertemente al verme

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Le regalé una leve sonrisa a Leonardo quien me abrazó fuertemente al verme.

El demonio recién llegado miró al contrario — Mario, mi amigo ¿cómo va todo? — preguntó mientras acariciaba la cabeza de la más baja.

Mario fingió sonreir — bien, todo muy bien hoy estuvo algo solo ¿sabes? — trató de no balbucear para no levantar sospechas.
Leonardo se tornó algo más serio — ¿alguien molesto a Amelie hoy? —

El cómplice de la demonio negó con la cabeza y sus manos — ¡para nada! Todos la tratan muy bien... Se gana los corazones de los clientes —

Leonardo era un demonio bastante atractivo, solía usar trajes, su cabello blanco y largo acompañado de unos largos cuernos negros qué resaltaban su masculinidad.

Hermano mayor de Amelie, si, hermano...
Pero siempre fue muy exigente y sobre protector hacia su hermana menor, lo cual produjo que ella jamas llegase a tener amigos o algún vínculo social en vida.

Y ahora la misma historia se repetía en el infierno, Leonardo podría ser considerado un buen hermano excepto que cuando no sabe como hacerle entender a su pequeña hermanita algo, suele usar lo que se le llama actualmente como "la fuerza” porque según él no hay otro modo.

Trague saliva // ¿quieres tomar algo? // Leonardo negó dejándome libre de su abrazo // hoy no, iré a casa, debes llegar puntual ¿entendido? // asentí con la cabeza.

El peliblanco no se quedó mucho tiempo, tan solo había visitado la cafetería para asegurarse que yo estuviera alli trabajando, sonrió para luego irse.

Yo y Mario soltamos un suspiro de alivio // debo hacerle saber a Lucifer que no puede esperar nada de mi, no puedo tener una relación ya sea romántica o de amistad // señalé, Mario gesticulo una expresión de desánimo // es injusto, deberías poder enamorarte cuando se te de la gana... //

Levanté los hombros rendida ante la situación // así es la vida... //
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Jueves, Lucifer se arregló lo mejor que pudo esta vez no solo le dejaría una nota a su pequeño amor, si, curioso o no la demonio era más baja que él ¿hilarante? Tal vez.
Pero el punto era que el rubio tenía planeado dar un pasito más, darle la nota en las manos personalmente a la pelinegra de ojos naranjas.

Esa era su misión, salió de su residencia a paso firme mentalizandose cualquier respuesta que podría darle la demonio.

Entró al establecimiento, tomó una mesa fingiendo no buscar a la mesera de sus pensamientos entre toda la multitud, revisó la hora ¡claro! Era la hora del desayuno el lugar estaba a punto de desbaratarse de tantos clientes.

-𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐄- | 𝙻𝚄𝙲𝙸𝙵𝙴𝚁 𝙼𝙾𝚁𝙽𝙸𝙽𝙶𝚂𝚃𝙰𝚁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora