𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬:
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Después de una pequeña visita a una cafetería en el infierno, Lucifer queda flechado a primera vista con una mesera pero lo que él no sabe es que ella no lo puede entender del todo.
¿Podrá él hacerle saber lo qu...
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Doloroso o no, pasaron dos semanas sin saber nada de Leonardo.
¿Y yo?, bueno. Mario me dio posada en su residencia, no tuve oportunidad de sacar mis cosas del apartamento así que tuve que gastar algo de dinero en una que otra prenda, cepillo de dientes y esas cosas básicas que todos necesitamos diariamente.
En cuanto a Lucifer, sigue visitando la cafetería con frecuencia , continua regalándome pequeñas notas que producen miles de sensaciones en mi corazón.
Quisiera poder saber más de él, lo que hace fuera de la cafetería, sobre su familia...
// ya llego por quien llorabas // Mario hizo señas mientras que sonreía coqueto, dirigí mi vista hacia la puerta y ¡bingo! era él. Solo que ya no me daba tanto miedo acercarme libremente hacia él, ni siquiera esperé a que se sentará. Yo ya estaba a su lado guiándolo a lo que para mi, era la mejor mesa del mundo, tenía la vista perfecta de la acera, el sol no te quemaba la cara, tenía sombra, una plantita a su lado y nadie te molestaba.
Le di el menú, pero él sin verlo señaló la palabra "café" pero hizo un dos con su otra mano ¿eran dos cafés?, algo confusa escribí en mi libreta y le dejé ver al segundo, quería estar segura de que había entendido bien.
Asintió junto con una sonrisa, ¿esperaba a alguien?.
Tratando de no sobrepensar demasiado, fui a la cocina para dejar el pedido, estuvo listo en un par de minutos. Algo temblorosa lo llevé a la mesa del manda más. Al dejar ambos cafés fingí sonreir dando una media vuelta para salir de ese lugar pero él tomó mi mano.
Sus ojos y los míos as encontraron una vez más, sacó una libreta de su gabán abriendo la primera página :
/acompáñame esta vez, Amelie.
Miré de forma rápida a Mario quien levantó su dedo pulgar indicándome qué no me preocupara, igualmente ya la hora del desayuno había pasado y el resto de la tarde estaría solo.
Nerviosa tomé asiento, sería la primera vez que nos comunicariamos ¿y si se daba cuenta que soy aburrida? ¿O que no tengo personalidad? ¿Y si no le atrae mi personalidad después de esto?.
Lucifer tomó el lapicero con cierta delicadeza y escribió
/ ¿cómo te ha ido hoy?
Acercó el lapicero a mis manos, lo tomé y comencé a escribir
/bien, por lo menos no me caí en ningún momento.
Al leerlo, soltó una leve carcajada.
/ si hubiera pasado yo hubiera corrido a ayudarte.
