62

434 38 20
                                    

Jungkook llevo a Taehyung a acampar a las afueras de Busan, cerca de un poblado por el cual pasaba el rio.

Taehyung había insistido que quería pescar aunque ninguno de los dos tenia idea de como hacerlo.

Jungkook pensó en quedarse en un motel que quedaba cerca de donde acamparían, pero uno de los locatarios le comento sobre las cabañas que estaban cerca del rio y le pareció mejor opción quedarse ahí por la noche y partir en la mañana de regreso a Busan y de ahí regresar a Seul.

Cuando llegaron, cerca del mismo río, había unos locales donde podían rentar lo necesario para pescar, y después de una breve explicación del hombre que atendía el local se dirigieron al muelle.

- Mira Jungkook, parece que pesque algo- gritaba Taehyung en la orilla del muelle.

- Trata de no jalarlo tan fuerte o escapará si se troza la cuerda.

- Oh no puedo sacarlo, como es que esta tan pesado.

- Déjame ayudarte, se acerco Jungkook para colocarse en un lado y con sus brazos sobre los de Taehyung entre los dos trataron de enrollar la caña de pescar y luego de varios intentos se dieron cuenta que lo que había atrapado Taehyung era una bota vieja.

- Mira Jungkook atrape una de tus botas.- Reían ambos mientras observaban una vieja bota estilo militar colgando del anzuelo.

- Llevamos toda la estúpida mañana intentando pescar Taehyung, y ya tengo hambre, vayamos a comer de la comida que ofrece el restaurante del hospedaje, si esperamos hasta pescar algo me desmayaré.

Taehyung dejo la caña con la bota vieja y atrapo a Jungkook en un abrazo.

- Bueno si te desmayas, aquí están mis brazos- le dijo el doctor mientras se acercaba a darle un sutil beso.

Jungkook sintió su corazón saltar, el tiempo que habían pasado juntos después de retomar su relación, Taehyung se mostraba frío y menos demostrativo. Cuando llegaba a darle pequeñas muestras de cariño Jungkook se desbordaba en la esperanza de que lograría que lo volviera a amar. Una gran sonrisa y una mirada enamorada se dibujaron en el rostro del abogado, a la par de un sonrojo evidente en su cara.

- Me haces sentir tan... - Jungkook no termino la frase, ni siquiera sabia expresar lo que le hacia sentir, se quedo viendo con atención el rostro de Taehyung, sus cejas pobladas, sus hipnotizantes ojos, el lunar en su nariz y sus esponjosos labios que parecía nunca se cansaría de besar, se aproximo hasta que sus alientos chocaron y se fundieron en un cariñoso beso lento donde sus labios y su lengua acariciaban los contrarios.
Se separo lentamente de Taehyung y acunó su cara entre sus manos.

-Feliz, me haces sentir tan feliz -era lo mas cercano que podía expresar Jungkook a lo que sentía cuando esas malditas mariposas en su estomago se hacían presentes causandole emociones que jamás había sentido antes. No podía haber algo más en el mundo que le hiciera tan feliz como estar en los brazos de Taehyung.

Poder sentir la calidez de su cuerpo cerca del suyo y ese magnetismo que había entre ellos, solo lograba aumentar su sed de él, y por más tiempo que pasaran juntos no se sacíaba, sus labios eran un manantial del cual quería seguir bebiendo hasta el fin de sus días. En que momento tener a Taehyung en su vida se había convertido en una necesidad y en algo tan indispensable como el aire que respiraba. Todo su ser pedía por Taehyung, quería que cada fibra de su alma se llenara de su presencia, pasar algunos momentos con él ya no le eran suficientes.


Después de haber comido y haber dado una breve caminata por el bosque, alrededor de la cabaña que habían rentado, finalmente entraron a ésta, era una cabaña pequeña algo rustica, con tan solo una cama matrimonial, una pequeña cocina grandes ventanales cubiertos por cortinas vaporosas de color beige que contrastaban con la pared de madera barnizada en tonos terrosos, algunas plantas pequeñas aquí y allá adornaban la estancia que consistia de solo un sofa de tamaño mediano, una mecedora y una mesita al centro.

Volteado como tazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora