Cap 7

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. Una princesa entre tinieblas .

De: Priss

Capítulo VII: "Nadie que se interese en mi".

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El silencio que se formó entre ambos era de lo más incómodo.

"Tal vez no fue una buena idea ofrecerme a traerla a la escuela."

Pensaba el joven de largos cabellos, impaciente por llegar a la preparatoria y despedirse de su hermanastra.

El semáforo en rojo tan solo alargó todavía más aquella tortuosa situación.

Esto era muy incómodo y estaba mal, muy mal. Anna se había alejado completamente de él, fingiendo mirar el paisaje, sin dirigirle la palabra. Pero, ¿de qué se sorprendía?, si fue él quien la alejó con su actitud grosera y cortante.

"Maldita sea, ¿en qué demonios estaba pensando?."

Fue por la mañana, cuando al ver la tristeza que cubría las gemas negras de la chica rubia, Hao se arrepintió. La había hecho sentir mal sin ser esa su intención, solo quería hacerle un bien y no causarle problemas, no esperaba que las cosas resultasen así.

El rojo se volvió verde y el auto de Asakura finalmente avanzó.

Cuando llegaron a la preparatoria, Hao intentó hablar con Anna, más esta, impaciente, abandonó el auto, alegando que se le hacía tarde, dejando al moreno con la palabra en la boca. Hao la miró alejarse, indeciso de ir tras ella o no.

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Para Pilika era muy obvio que algo le pasaba a su amiga de dorados cabellos. No era su silencio; Anna rara vez hablaba con las demás personas, ni que sus ojos estuviesen clavados en la ventana, simulando ver la diversión fuera del salón de clases...

"Es su aura. . . hay un pesado aire de tristeza a su alrededor."

Pensó la joven peliazul, mientras suspiraba, agradecida que la clase por fin hubiese terminado y que fuese hora del descanso.

~ Y bien?, no me digas que tu madre habló de más y volvió a recordarte el accidente.

~ Pilika!.

La voz de la rubia sonó reprobatoria, a pesar de que su amiga tenía razón en cuanto a que en sus pláticas con su mamá, esta solía hablar del accidente en que la luz se apagó para Anna, hundiéndola en la depresión.

Kyouyama sacudió ligeramente la cabeza, ya tenía suficientes preocupaciones como para todavía sumar algo que se supone ya estaba en el pasado.

~ ¿Entonces?.

~ Bueno, yo. . .

La rubia giró el rostro, tratando de sentir la presencia de sus compañeros, más todos habían volado a la libertad de treinta minutos.

~ Es que, la verdad es que no soy más que una tonta, Pilika.

~ ¿Por qué dices eso?.

~ ¿Cómo puedo siquiera tener la esperanza de que un chico se interese en mi?.

Al parecer, Anna estaba completamente convencida de sus palabras, como si fuesen su única verdad. Después de todo, ¿qué no era obvio?. Tan solo era una chiquilla de dieciséis años, con el carácter de un demonio y por si esto fuera poco. . . ciega. ¿Qué hombre querría cuidarla toda la vida?.

Los negros ojos de la rubia comenzaron a llenarse de lágrimas mientras Pilika le acariciaba suavemente sus cabellos de oro.

~ Anna no digas tonterías, sabes bien que eso no es verdad.

~ Por favor, ¿qué hombre podría enamorarse de mí?.

~ Mi hermano, él siempre ha estado enamorado de ti, incluso mucho antes de lo que pasó. . . y desde entonces, Horo Horo. . .

~ Se olvidó de mí.

~ Ie. . . él te ama mucho más. Él sería tan feliz si le dieses una oportunidad; solo ansía protegerte.

Kyouyama escondió el rostro en la paleta de su banca. Estaba harta, simplemente no quería escuchar la misma canción de siempre.

No, Horokeu no era un mal chico, al contrario, él era el único hombre que valía la pena, y según recordaba, era muy apuesto, más Anna nunca pudo compartir los sentimientos que el peliazul le profesaba. Para ella, él no era más que. . .

"Mi hermano."

Pensó, recordando de inmediato al culpable de que se sintiese de esa manera, su hermano. . .

~ Hao.

El nombre del moreno escapó de sus tibios labios sin que la misma Anna se diese cuenta de ello. Con tristeza, Pilika dobló sus cejas. Así que eso era; no le gustaba ver a su amiga sufriendo por un hombre que seguramente no la merecía, así que decidió ayudarla a olvidarse de ese sujeto.

~ Horo Horo vendrá a la hora de la salida. Dice que lo hace por mí, pero yo sé que solo quiere verte.

~ Pilika, en verdad yo no. . .

~ Un clavo saca otro clavo y no creo que en verdad quieras seguir ilusionada con tu hermanastro. Solo, inténtalo, ¿sí?.

La chica peliazul tomó entre sus manos una de las de Anna, rogándole por aceptar. La rubia  suspiró resignada, girando el rosto hacia la ventana, volvió a fingir que podía ver el paisaje. Pensaba en las palabras de su amiga, tal vez ella tenía razón y la única forma de sacarse la estúpida idea de que ella y Hao podían ser algo más que hermanos, era intentar algo con Horokeu.

~ Está bien. -Susurró.- ~ Lo intentaré.

Fue la última palabra de la rubia mujer, quien después guardó absoluto silencio, escuchando sin prestar atención, los planes que para ella tenía una muy feliz Pilika.

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. . . . Continuará.

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MUCHAS GRACIAS POR LEER ESTE FIC:

Maeda Ai

HAKUMO

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Aunque aún no he tratado como tal los sentimientos de la pareja, ya se ha creado un aire de atracción entre Anna y Hao, bueno, creo que esto ha avanzado muy lento, pero a partir del siguiente cap las cosas avanzarán de verdad.

Aquí me gustó: narrar a Anna en la escuela.

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Una princesa entre tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora