Cap 9

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. Una princesa entre tinieblas .

De: Priss

Capítulo IX: "La chica que le importa".

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Se evitaron hasta el cansancio, en especial Hao. Maldición, esa mujer era una dulce tentación, una adicción que trataba de dejar, pero que no podía, por más que trataba, no podía ni quería.

Asakura suspiró con cansancio; una vez más se alejaba de la linda rubia.

Hao entró silencioso a la mansión; llegaba tarde a propósito, no quería reunirse con la familia, en especial, no quería encontrarse con la culpable de que, por primera vez en la vida, estuviese tan confundido.

Se extrañó del silencio que reinaba en la casa, sin mencionar que la mayoría de las luces ya estaban apagadas.

"Idiota, es casi media noche."

Pensaba el moreno, pero es que creyó que su padre lo estaría esperando con un sermón listo, más no fue así.

~ Quizá por fin comprendió que ya soy adulto.

El joven susurró para sí, creyéndoselo, pero. . .

~ No están en casa.

El corazón del castaño dio un vuelco al escuchar la voz de su hermana, quien parecía mirarlo fijamente desde entre las sombras, aunque eso fuese imposible.

~ ¿Y tú?, qué haces despierta a estas horas y a oscuras?. -Hao sonrió travieso, acercándose a la chica.- ~ ¿Estabas esperando por mi?.

~ Baka!. -Susurró la joven, mientras arqueaba las cejas, disgustada.- ~ Número uno: Yoh llamó hace un rato para avisar que se quedaría con un tal Tanma.

~ Manta.

~ Da lo mismo. Número dos: ya te he dicho que yo solo veo penumbra, así que no importa lo de las luces. Y número tres: sigue soñando, no te esperaba.

Hao sonrió ante las duras palabras de la chiquilla. Demonios!, le encantaba cuando ella se hacía la difícil o cuando hacía gala de su indomable orgullo.

Anna dio media vuelta, dirigiéndose a su habitación, Hao la siguió de cerca, su mirada atenta a las caderas de la joven que se mecían con cada paso que ella daba. El castaño frunció el ceño al notar un ligero titubeo en uno que otro paso de su pequeña hermana, era sutil, casi imperceptible, pero no para él, después de todo, pasaba mucho tiempo mirándola.

¿Cómo no darse cuenta?; Anna era importante para él.

~ ¿Cómo fue... -Le preguntó de pronto, su voz más seria que de costumbre.- ~ que perdiste la vista?.

Kyouyama se detuvo de pronto. Sorprendida, dio media vuelta hasta quedar de frente con el moreno. Como si lo mirase, sus negros ojos se habían desteñido por la sorpresa.

~ ¿Por qué quieres saberlo?.

~ Es. . . curiosidad.

~ Pues no es algo que te importe, así que déjame en paz.

Anna estaba molesta, por alguna razón, ese asunto siempre la ponía así. Se giró nuevamente, dispuesta a ir a su habitación y escapar de Hao y su curiosidad.

~ Por supuesto que me importa... ¡tu me importas!.

El moreno sujetó el brazo de la rubia, impidiéndole la huida mientras que le rodeaba la cintura con el otro brazo, reteniéndola ahí, abrazándola desde atrás mientras le susurraba al oído aquellas palabras. Anna sentía su cálido aliento sobre su nuca, haciéndola estremecer y derribando cualquier barrera que ella tanto se empeñaba en mantener con ese hombre, y todo. . . justo frente a la puerta de su recamara.

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