Cap 14

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. Una princesa entre tinieblas .

De: Priss

Capítulo XIV: "Descubriendo el pecado".

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Respiraban agitados, sumergidos en el placer de unir sus cuerpos.

Tenían problemas para reprimir sus gemidos y jadeos, Anna en especial, pues Hao la elevaba a la cima del éxtasis una y otra vez; ese hombre era insaciable y ella lo amaba.

La oscuridad era hermosa al lado del pelilargo; no le importaba no poder verlo, solo quería sentirlo, acariciarlo y llenarlo de besos, sentirlo dentro de ella y sentirse suya, solo eso. No pedía nada más. . . nada más.

~ Hao, no puedo más, yo... ahhh!!...

La voz de la rubia se apagó de pronto, el éxtasis la invadía en un nuevo orgasmo que el moreno le regaló al penetrarla con profunda fuerza, una y otra vez.

El castaño parecía un joven desquiciado en la cama, lo cierto es que la necesitaba, estaba perdidamente enamorado de esa mujercita, tanto que no le importaba nada más a la hora de amarla, solo tenerla, hacerla rogar por él al punto del llanto, por el insoportable placer, escucharla repetir su nombre entre susurros de amor, escucharla decir "te amo". Solo eso. . . solo eso.

Hao la penetró por un par de veces más antes de que el placer los envolviese a ambos al mismo tiempo. El moreno quiso resistir un poco más, pero las palpitaciones íntimas de la chica fueron su perdición. Así, se aferraron el uno al otro, Hao apretó sus dientes mientras su pene se hinchaba para luego liberar su esperma en el interior de la rubia.

Ella arqueó la espalda. Asakura cerró los ojos y ella mantuvo los suyos bien abiertos. . . no había diferencia.

Tan entregados el uno al otro, no se percataron que alguien los había escuchado. Mikihisa Asakura pudo escuchar los suaves sonidos provenientes de la habitación de su primogénito.

"Si trajo a una de sus amiguitas a la casa, los voy a echar a los dos."

Pensó el moreno, sin esperar que la amiguita de Hao fuese precisamente ella. . .

Mikihisa entreabrió la puerta. No podía ver a la compañera de su hijo, pues el cuerpo de este la cubría totalmente. Pero sin duda, estaba con una mujer. Una de tantas.

Y justo iba a interrumpir a los amantes, cuando escuchó la voz de la joven. . .

~ Te amo, Hao... te amo en verdad!.

"¿Anna?. . . ¡no puede ser!."

Mikihisa no podía creerlo. Hao no había podido ser capaz de seducir a su propia hermanastra, a una simple chica y sin embargo. . .

~ ¡Yo también te amo, princesa!.

Mikihisa cerró la puerta cuidadosamente y se dirigió a su habitación, poco después de escuchar, incrédulo, que su hijo le profesaba amor a la joven Kyouyama.

Esto estaba mal, muy mal.

~ Si Eliza llega a enterarse, querrá el divorcio... ¡No!.

El moreno de largos cabellos se detuvo antes de entrar a su recamara. Tenía que hablar muy seriamente con Hao, no iba a permitir que las irresponsabilidades de su hijo arruinasen esta segunda oportunidad que le ofrecía la vida.

El hombre suspiró cansado. ¿Por qué sus hijos no hacían más que causarle problemas?.

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