Capítulo 95

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Aunque no era tan ardiente, Yoonshin deseaba que Seheon fuera más posesivo, que lo deseara un poco más y expresara esos sentimientos. ¿Era mucho pedir?

Yoonshin no pudo ocultar su decepción, y Seheon contestó de forma seca: "Esta bien, he mirado. Eres muy hermoso".

"¿Eso es todo? ¿No quieres hacer nada conmigo?
¿Me vas a dejar aquí sentado?".

"Quiero tener sexo contigo. ¿Feliz ahora?"

"Seré feliz si lo pones en acción".

Seheon miró a Yoonshin con ojos entretenidos y se lamió los labios. Su mirada amenazadora cambió al instante.

Sus penetrantes ojos brillaron con un destello seductor.

Desconcertado por el repentino cambio, Yoonshin miró a su alrededor, y luego añadió en un tono mucho más respetuoso. "Ya que me conseguiste estos regalos, pensé que podría ponérmelos delante de ti. Sólo quería que me miraras una vez antes de irme tranquilamente. Pero me molestó que no me miraras hasta el final...".

"Me centraba en el trabajo porque estaba estresado.
Y una vez que empiezo, necesito verlo hasta el final.
¿No lo sabías?"

"Lo sé. Perdón por actuar tan infantil. Cogeré esta ropa y me iré".

"¿Quién dijo que podías irte? Te dije que entraras, pero nunca ordené lo contrario".

"¿Debería quedarme? Estás en medio del trabajo.
Además, también tengo cosas que hacer..."

Seheon levantó la mano, interrumpiendo a Yoonshin, y le hizo señas al joven para que se acercara.

Yoonshin se calló y se acercó a Seheon en trance. Seheon agarró una de las nalgas de Yoonshin y la apretó. A continuación, introdujo su largo dedo por el perineo de Yoonshin, frotándolo sobre los pantalones de éste. Yoonshin agarró el hombro del hombre mayor y dejó escapar un suspiro. "Hah..."

"Tú eres el que bajó las escaleras 30 minutos antes en primer lugar. Ahora, ¿qué vas a hacer? Sólo necesitaba cinco minutos más, pero no tengo ganas de terminar ahora".

Seheon acarició la hendidura entre las piernas de Yoonshin y luego tiró de la cintura del joven para que se sentara en su regazo. Estaban tan cerca que sólo se veían el uno al otro. Sus labios se encontraron suavemente, y respiraron, soplando viento cálido en sus bocas.

Yoonshin se apartó y ladeó la cabeza. Siguiendo la explicación de Seheon, Yoonshin pudo extrapolar* las acciones de Seheon y sus razones, pero una cosa le llamó la atención. "¿Por qué trabajas si estás estresado? ¿No estás leyendo jurisprudencia ahora mismo?".
(Aplicar a un ámbito determinado conclusiones obtenidas en otro.)

A su vez, Seheon parecía no entender la pregunta. Sus ojos afilados y depredadores se impregnaron de la pregunta fundamental de la raíz del problema. "Siempre hago eso. Dijiste que también lees casos cuando tienes mucho en qué pensar".

"Eso es diferente. Desestresarte con el trabajo te hace parecer loco".

"¿Normalmente hablas sin pensar?"

"Sí pensé".

"Tal vez quieras pensar un poco más".

No quería decir que este método fuera erróneo, pero Yoonshin pensaba que la opresión innata que Seheon sentía por el trabajo se acumulaba poco a poco sin que Seheon lo supiera.

Aliviar el estrés sudando, durmiendo o volviendo a ver una película o un musical que le gustara eran métodos habituales. Seheon tenía muchos coches y disfrutaba con la emoción de la velocidad, así que no le habría importado salir a dar una vuelta con uno de sus coches.

Sin MoralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora