· ─ ❨ 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗻𝘀 ❩
mírame a los ojos, es don
de demonios se esconden
Akane sabía que su quirk era algo con lo que tenía que tener cuidado, por eso siempre lo evito. No fue hasta que tocó su turno de salvar a alguien que supo q...
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capitulo veintisiete "hero billboard chart jp"
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Akane sentía que el tiempo se había pasado volando. De pronto ya se encontraban a finales de noviembre, que, aunque a ella le causaba mucha nostalgia estar cada vez más tiempo alejada de sus demonios, tenía cosas a su alrededor que provocaba que no se deprimiera tanto. Un claro ejemplo era su relación con Shoto Todoroki.
Los dos se la pasaban realmente bien en todo momento, se divertían como los novios que son y para ese punto ya todos sus compañeros sabian de su relación. Había sido imposible esconderla ya que todos lo suponían y les preguntaban todos los días sí ya eran novios. Además, los profesores no dudaron en hacer comentarios en clases y era divertido (no siempre, claramente) ver la reacción de Shoto porque era muy tierno.
A la hora de receso de un día de clases recibió una noticia por parte del profesor Aizawa: Eri se quedaría a vivir en la U.A. y ahí cuidarían de ella. Habían citado a los tres grandes y a sus compañeros de la clase A que estuvieron involucrados con la pequeña a qué la vieran. Akane debía admitir que eso la emocionó mucho más de lo que esperó. El pequeño cuerno de Eri llamó mucho su atención, pero agradeció que en el hospital la hubieran tratado bien y cuidado, al menos hasta ese punto.
Aunque fue a saludarla muy feliz sí tuvo dudas acerca del por qué ahora estaría ahí, y ante la pregunta de Midoriya, el profesor Aizawa respondió:
—No podía quedarse para siempre en el hospital. A Eri la abandonaron sus padres y su único pariente, el líder del Shie Hassaikai, lleva mucho tiempo en coma así que no tiene a dónde ir.
—El profesor Aizawa ya debió decirles —habló Mirio rato más tarde cuando habían salido de ver a Eri y cada quien se dirigiría a su edificio—, pero el don del que sale el Don de Eri…
—Sí, oí que se hizo pequeño y estaba bien ahora —respondió Kirishima asintiendo. Mirio sonrió un poco.
