· ─ ❨ 𝗱𝗲𝗺𝗼𝗻𝘀 ❩
mírame a los ojos, es don
de demonios se esconden
Akane sabía que su quirk era algo con lo que tenía que tener cuidado, por eso siempre lo evito. No fue hasta que tocó su turno de salvar a alguien que supo q...
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capitulouno "mamá"
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AkaneKuroinoue tenía miedo de su Quirk.
La primera vez que manifestó su poder tenía tres años en su habitación mientras lloraba por haberse hecho del baño después de una pesadilla. Un demonio la había estado atormentando desde días antes, pero no fue hasta esa noche que lo sintió más real, y además que él le habló, asustándola demasiado y despertándola. Se levantó de su cama, sintiendo las cobijas húmedas; le dió vergüenza aquello, ya que hace mucho no le sucedía, y mientras se disponía a cambiar lo que había mojado fue cuando vió, en la esquina de su habitación, al demonio de sus sueños.
—Estaremos para ti siempre que lo necesites, Akane —le dijo, para después desaparecer de ahí y entrar en ella, por el pecho.
Le había parecido extraño no sentir nada, excepto un frío en el cuerpo, y rápidamente corrió hacia la habitación de sus padres para decirles lo que acababa de suceder.
Ellos se habían mostrado muy sorprendidos al escuchar la confesión de su hija. Tenían la sospecha de que se relacionaba con su quirk, pero fue algo que no pudieron confirmar hasta que fueron al siguiente día con un doctor y les dijo que lo era. Akane tenía mucho miedo, porque aunque sabía que su apariencia al nacer (piel roja, colmillos, uñas largas, y sus aún existentes cuerno) había sido un indicio de aquello, enterarse que podía convocar demonios del Inframundo fue una total sorpresa.
Siempre se había considerado una niña risueña, agradable y cero problemática, pero sabía que desde ese momento las cosas cambiarían, y no necesariamente para bien.
Con el paso de los años aprendió muy poco de su poder por miedo. No podía tener tanto tiempo afuera a los demonios porque se descontrolaban y causaban problemas; a pesar de eso, respondían a sus llamados para regresar a su cuerpo, pero eso no evitaba que la ignoraran en la mayor parte del tiempo. Logro conectar con muy pocos antes de los diez años, y de los nueve que poseía en su interior, solo cuatro hacían caso a sus peticiones. Sus padres decían que era mejor que nada, y eso trataba de pensar.
