𝐄𝐭𝐚𝐩𝐚 𝐈𝐕: "𝐍𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐚𝐬ó"

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"El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido. Cuando llega el olvido es que ya acabó la vida."

"No puedes olvidar aquello que te mantiene unido a una persona, lo cual que es el amor y los sentimientos... Aquello siempre permanecerá, así sea oculto."

Se acabó la paz, es como sí la vida estuviera en su contra

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Se acabó la paz, es como sí la vida estuviera en su contra. De todas los pilares, ¿tenían que ser necesariamente los dos?

Puta madre...— Murmuró para sí mismo Sanemi, quien ponía una cara de fastidio y hacía un chasquido con su lengua.

Se levantó como si no tuviera otra opción (no tiene otra opción). Igual no había pasado nada, ¿verdad? A parte, nada iba a interferir en su trabajo de eliminar a esos seres asquerosos, los demonios, menos ese idiota.

Por su parte, el azabache soltó un profundo suspiro, tomó su katana y salió de su finca, con dirección a la sede de los cazademonios, donde se encontraría con Sanemi. Ya que siempre se encontraban ahí primero, cuando tenían misiones juntos, que no era tan seguido.

Llegó allí y casualmente el albino con cicatrices iba justamente llegando también.

Al cruzar miradas, el pilar del viento chasqueó su lengua y cruzó sus brazos.

—Hagamos esto rápido, no quiero perder el tiempo, idiota.— Comentó sin interés y comenzó a caminar. La ciudad quedaba a una hora a pie, pero llegarían casi antes del anochecer.

El azabache asintió e hizo lo mismo que su compañero. Ambos en un gran silencio incómodo, que para el pilar del agua no era que le molestara, pero al contrario, a su compañero sí. Tampoco es como si fueran a hablar.

Quince minutos, media hora, cuarenta y cinco minutos, y ambos permanecían en silencio caminando. Frustrante. En la mayoría del tiempo, el pilar del agua se dedicaba a ver el camino, mientras el pilar del viento simplemente no mostraba interés en nada más que no fuera en llegar a la ciudad. Ninguno hablaba de lo sucedido esa misma mañana...

Unos turtuosos dieciséis minutos más para que ambos llegaran a la ciudad (que por cierto, es parecida al distrito rojo, pero más tradicional y menos concurrida).

Cuando llegaron era de tarde, faltaban una hora para que oscureciera completamente.

—Shinazugawa.— El pilar del agua llamaba a su compañero, quien respondió inmediatamente.

—¿Qué quieres?— Preguntó asperamente el de cicatrices.

—No creo que terminemos la misión hoy. Propongo que en lo que yo busco hospedaje, tú consigas información con las personas. Nos vemos aquí mismo en una hora, ¿te parece?— Dijo el azabache con su típico cara seria, aunque por dentro fuera lo contrario, un mar de emociones que no puede describir.

ᴇᴛᴀᴘᴀꜱ ᴛʀᴀꜱ ᴇꜱᴀ ɴᴏᴄʜᴇ || SaneGiyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora