Bajo las estrellas (offgun)

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el mundo había cambiado, perdidas de inocentes hubieron y muchas sin embargo el mundo siguió rodando, loa días se volvieron tristes y lluviosos llenos de nostalgia donde gun estaba sentido por ello afectando a todos sobre la tierra aunque la tierra gozaba de vida por las lluvias aun así le brindaban tributo y amor al la estrella caída del cielo, off estuvo inconsciente por dos días enteros después de su lesión su recuperación fue más rápida de lo esperada, después de lo sucedido la tribu se unió ya no existían fronteras como norte ni sur resurgiendo de las cenizas una sola tribu poniendo su corazón en sus reyes monarcas, la noticia de la pérdida de uno de los gemelos se extendió por los horizontes donde los creyentes esperaron pacientemente para ver la estrella que cayo del cielo, la tristeza se sentía en el aire era como respirar el dolor.

off era el fuerte cuando su omega estaba decaído y sensible, levantó la tribu por si solo dando recorrido a donde lo necesitaban así pasaron los días, semanas y meses hasta darse unos años, la tribu creció no habian fronteras.

el tiempo paso y un día cuando el ruido del agua cristalina corría por los arrolló manantiales que cruzaban por el bosque y los rayos de sol pasaba entre las ramas de los árboles estaban presentes cuando una linda driada se levantaba estirando sus bracitos poniéndose de pie sus acomodando su vestido de hojas, además de su cabello con una linda flor en su oreja puntiaguda salio del tronco el inmenso árbol donde vivía, un ent durmiendo.

la driada miraba humedad pues en la noche había llovido, contenta salió volando entre las plantas pasando entre las flores con gotas cristalinas que se reflejaban era un día soleado, voló hasta llegar a una hoja con sus manos tomaba un poco de agua, un rayo del sol llego frente a ella haciéndolo pararse a mirar el sol en lo alto, ella estiró su brazo abriendo sus dedos cubriendose del sol con una amplia sonrisa .

más driadas pasaron contentas junto a ella comenzaron a volar entre si corretiandose, pasando por campos llenos de flores saludando a gnomos como duendes, que se encontraban en los senderos recogiendo flores haciendo un ramo cada uno.

los duendes, hadas, trasgos, ninfas, trolles, orcos, pixies, ents y un sin fin de seres inimaginables, se preparaban en el solsticio de verano, frutos, flores y ramas, pequeñas ninfas tejían cadenas de flor de jazmines estando muy emocionadas pues tenian una celebración a la vuelta de la esquina, todos los seres elementales tenian prisa un importante día había llegado.

un par de hadas quienes acarreaban hojas volaban por el bosque cuando escucharon una carcajada inocente y preciosa, tres hadas se detuvieron sobre un árbol qué se movió, un ent despertaba mirándolas sin embargo ellas lo chistaron para después mirar hacia bajo, una duende pequeña con un vestido rosa saltaba alegremente y justo detrás de ella un cachorro blanco como la nieve con orejas puntiagudas con una larga cola esponjosa, jugaban.

las hadas se recostaron panza abajo sobre unas ramas apoyando sus codos para sostener su mandibula mientra jugeteaban con sus pie mirando al cachorro blanco jugando, todas suspiraron sonriendo.

un alfa apareció uniformado de militar negro sin portar armas solo una navaja en su cadera, mirando al pequeño cachorro jugando tranquilamente por el bosque dejándose caer en la tierra para después rodar hasta ensuciar su melena y terminar enlodado por aventarse en un mini charco, saltando en ello, el alfa solo miraba al pequeño con una sonrisa pues que más podía hacer solo protegerlo.

las driadas como las hadas que vieron lo que pasaba con ese angelito fueron a jugar con ese cachorro blanco, las driadas acariciaba al angelito y cuidaban de el, bailando alrededor de el.

cuando de pronto un pequeño angelito se quedo quieto con sus orejitas puntiagudas escuchando un aullido, el pequeño contento corrió de regresó a donde era su hogar siendo seguido por la pequeña duende a su lado después por el alfa de gran tamaño, entre ramas del bosque que acariciaba al pequeño los ents le sonreía y las driadas le aventaban hojas por travesura, el pequeño sonreía contento mirando a sus alrededores.