Un Prólogo lleno de desgracias

223 24 0
                                    


Querido universo, cuando dije que ya nada podia malir sal no era una invitación a que me demostrarás lo contrario.

Wallace nunca había manejado un auto en su vida, y eso más el hecho de que una mezcla un tanto bizarra de un leon-cabra-serpiente lo perseguía hacía que manejar fuera más complicado de lo que realmente le sería.

Intentaba seguir las instrucciones que horas antes su madre le había dado, a lo que sabía el debía llegar a un lugar seguro para personas como el (no preguntes porque ni el sabia con exactitud a que se refería su madre) el cual se encontraba en Long Island.

Pero aquella plática seguía en su mente, y no podía evitar rememorarla una y otra vez...

— Wally, tenemos que hablar —dijo su madre con ese tono con el que ya sabes que vienen malas noticias.

—Si es sobre mi escuela ese no era yo era Patricia —Wallace se apresuro a hablar.

En el rostro de Alice Wells se pudo apreciar una leve curvatura en sus labios, una la cual no tardo nada en desaparecer.

si quieres Podemos hablar de eso luego, pero no es a lo que me refería.

Wallace negó con una sonrisita llena de una inocencia fingida — o mejor mucho luego, pero ¿a que te referías?

Alice, soltó un suspiro profundo y continuo hablando —¿...Alguna vez te has preguntado quien o que fue de tu padre?

No totalmente, pero no te preocupes que ya saque mis conclusiones.

Ah, ¿si? —esa respuesta había dejado bastante perpleja a Alice.

Si, fue por vino y ya no vino, ¿no es así?

Wallace de repente pudo sentir como una almohada golpeaba su cabeza.

¡Oye! — Se quejo entre risas.

Hablo enserió. —Alice soltó unas pequeñas risitas para luego cambiar su expresión a una más seria.

Yo también — Al recibir una mirada juzgona por parte de su madre se encogió de hombros —Bueno, creo que ya no tan enserió.

Wallace, ¿Recuerdas aquellas historias sobre los dioses...?

....

Estaba tan perdido en ese recuerdo que no noto que había salido de la carretera y estaba apunto de estamparse contra un gran árbol al cual el se estaba acercando de una forma veloz.

Sin dudar, Wallace giro el volante con tal brusquedad con la cual logró no estrellar toda la parte delantera del auto y en ese mismo momento agradeció llevar puesto su cinturón de seguridad, sin embargo fue tal el impacto del choque que Wallace no pudo evitar golpearse la cabeza contra el volante, iniciando a sentir una serie de pitido en sus oídos y uno que otro malestar físico.

Pero no iba a quedarse alli a recuperase de aquel golpe, el sabía que se estaba quedando sin tiempo, mucho más cuando escucho que con cada segundo los rugidos de esa cosa que lo perseguía aumentaba.

Para sumarle a su desdicha las llantas del auto se habían quedado atascadas en el barro así que sin mas opciones abrió la puerta del auto e inició a correr hacia lo que parecía una granja, era consciente de que no tenía grandes oportunidades contra esa cosa pero tal vez si gritaba por ayuda lo suficientemente alto... o tal vez si corriera más rápido...

mientras se acercaba consiguió observar como parecían salir algunas personas de aquel lugar lo cual lo hizo sentir, por primera vez en ese desastroso dia, esperanzado lo cual lo motivó a correr más.

En cuanto vio que las personas se acercaban a el, inició a disminuir su velocidad Pero se detuvo al instante al escuchar como uno de ellos gritaba "Quimera", tardó bastante en comprender que no se referían a el (raro si ese fuera el caso) y a la vez algo hizo clic en su mente.

Quimera, ¿no era esa una criatura griega que estaba en las leyendas que le contaba su mamá...?

No pudo llegar a pensar en nada más pues solo sintió como con una gran fuerza esa cosa/quimera lo tiraba al suelo.

Tal vez fue tan potente el golpe que hubo un momento en el sintió que todo lo que veía era producto de los mismos golpes dados en la cabeza, primero habían dos adolescentes: un rubio y otro pelinegro, los cuales portaban... ¿espadas? Pero que va eso no era lo más raro, lo más raro era que había también un señor el cual también era mitad caballo el cual disparaba flechas hacia donde la criatura para alejarla de el.

"el manicomio le ha dado like a tu delirio"

Dandose la media vuelta para quedar boca arriba la mirada de wallace estaba fija en el cielo el cual estaba lleno de estrellas pero no pasó mucho tiempo antes de que su vista fuera interrumpida por una cabeza pelinegra el cual parecía hablarle, solo que el no consiguió escuchar nada debido a el molesto pitido que seguía escuchando en sus oidos.

— Estarás bien, lo prometo —Había dicho aquel pelinegro que se había arrodillado a su lado —Ellos se encargarán, ya no hay de que preocuparse.

Sin entender todavía nada Wallace solo alcanzó a murmurar (o tal vez soñó que lo había hecho).

—Ah, vale.

Dicho esto finalmente sintió como todo se tornaba oscuro.

SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora