Cap 17: "We fight with a distant relative"

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No paso mucho tiempo hasta que una lancha guardacostas los recogió dejándolos en el embarcadero de Santa Mónica con unas toallas en los hombros para luego irse rápidamente a salvar a más gente.

A los primeros pasos que dieron sobre la arena se terminaron desplomando sobre esta misma bastante agotados.

Wallace se apresuro a revisar que su mp3 estuviera bien y para su mala suerte este ya no encendia lo cual lo decepcionó bastante. Pero la carta que le habia regalado Nico en aquel casino seguía intacta lo cual ya era ganancia.

- Fue una trampa - Dijo Jackson.

-Percy -dijo Annabeth. - Siento lo de tu madre. No te puedes
imaginar cuánto...

Pero el pelinegro hizo como si no la hubiera escuchado, eso era bastante delicado y no estaba como para ponerse a llorar delante de ellos.

-La profecía tenía razón - Añadió. - "Irás al oeste, donde te enfrentarás al dios que se ha rebelado". Pero no era Hades. Hades no deseaba una guerra entre los Tres Grandes. Alguien más ha planeado el robo y la guerra la habré provocado yo.

Grover negó mientras se preguntaba en voz alta:

-¿Quién podría ser tan terrible?¿Quién desearía una guerra tan letal?

-Veamos, déjame pensar -dijo, mirando alrededor.

Y ahí estaba, esperándolos.

-Eh, niños -los llamó Ares, al parecer complacido de verlos. - Deberían estar muertos.

-Me has engañado -le dijo el pelinegro algo irritado.- Has robado el yelmo y el rayo maestro.

Ares sonrió.

- Mira, el asunto es que estás impidiendo los esfuerzos en pos de la guerra. Verás, tenías que haber muerto en el inframundo. Entonces el viejo Alga se hubiese enojado con Hades por
matarte. Aliento de Muerto hubiera tenido el rayo maestro y Zeus estaría
furioso con él. Pero Hades aún sigue buscando esto... -Se sacó del bolsillo
un pasamontañas y lo colocó en medio del manillar de su moto, donde se transformó en un elaborado casco guerrero de bronce.

- El yelmo de Hades. - Mascullo Wells, ahogando una exclamación a lo cual el dios asintió.

-Pero ¿por qué simplemente no conservaste el rayo maestro? -
pregunto de nuevo el pelinegro. - ¿Para qué enviarlo a Hades?

-¿Por qué no...? Claro... con ese poder de destrucción... -Seguía absorto. Wallace intercambió una mirada con Annabeth, pero de pronto Ares salió de su extraño trance. - Porque no quería problemas. Mejor que te encontrarán a ti con las manos en la masa, llevando el trasto.

- Tu no ordenaste el robo. - Insistió.

Ares parecía agitado, pero intentó disimularlo con una sonrisa.

-Volvamos a lo nuestro. Estás vivo y no permitiré que lleves ese rayo al Olimpo. Así que tendré que matarte. Nada personal, claro.

Chasqueó los dedos. La arena estalló a sus pies y de ella surgió un jabalí.

-Pelea tú mismo conmigo, Ares -lo desafío a lo cual Wallace se le quedó mirando desconcertado...

Este si que me salió suicida.

-Qué tonterías dices. -Pero las gafas habían comenzado a fundírsele
por el calor que despedían sus ojos. - No me implico directamente. Lo
siento, no estás a mi nivel.

Percy se las arreglo para mandar al jabalí al agua y dejar que una gran ola se lo llevara.

-¿Vas a pelear conmigo ahora? - le espetó. - ¿O vas a esconderte
detrás de otro de tus cerditos?

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