un romance secundario ! warren x layla

10. | nota quemada = error

cubrió su cabeza con su almohada y gritó, quería ahogar todo aquello que lo mantenía hecho un desastre. se sentía tan confundido, tan estresado y cansado. no podía concentrarse en nada porque esos dos momentos se mantenían en su cabeza grabados; no lo entendía, no le hallaba razón.

¿cómo es que de un momento a otro todo puede desaparecer? ¿cómo es que se puede sentir tan asfixiante y real? sentía que a la vez era una broma, como si estuviera dormido y se tratara de una pesadilla.

pero no estaba dormido, ya lo había comprobado sumergiendo su cabeza en agua fría pero solamente había logrado conseguir que su nariz se tapara y que su dolor de cabeza aumentara.

también se sentía como si él tuviera algún problema mental y estuviera encerrado en algún psiquiátrico volviéndose aún más inestable.

pero eso era demasiado incluso para él.

aún así no entendía cómo es que vio a layla en los brazos de will, porque él está seguro de que era ella, y de repente estaba detrás suyo hablándole como si nada.

eran tan extraño e irritante que le daban ganas de ahogarse.

era como si todo estuviera en su contra, como si el mundo no quisiera verlo feliz. como si su única existencia en esa historia fuera sufrir. y es lo que también le molestaba, sentirse como una víctima de las circunstancias.

de nuevo dejó caer la almohada en su cabeza y trató de dormir, ¿qué más podía hacer? él no podía hallarle solución a lo que pasaba, más aún cuando no entendía que sucedía.

[ ── ⭑ ]

warren estaba huyendo, bueno, se estaba escondiendo de layla, dado que no había dado señales de vida desde lo sucedido el fin de semana. y de paso, se estaba escondiendo de esa chica loquita que no conocía que había dejado su carta en su casillero desde que comenzó el día, pero no quería recibir una carta ese día, y nunca, no cuando su fin de semana había sido asqueroso y las propinas de su domingo una mierda.

sentía un poco de remordimiento cuando layla pasaba por los pasillos buscándolo, o como se acercaba a preguntar a los de su alrededor si es que lo habían visto, y él a la primera huía porque de todos modos no es como si lo hubieran notado.

al menos es lo único que agradecía de ser un secundario, de esa forma se sentía inexistente.

el armario del conserje no era considerado el lugar más limpio o con el olor más decente de la escuela, pero por lo menos servía para mantenerlo seguro de la madreselva que se paseaba por los pasillos sin detenerse. incluso había tenido que silenciar su celular porque ella no dejaba de mandar mensajes o de llamar.

— no lo encuentro. — podía escucharla quejándose con ethan, era la tercera vez que pasaban por ahí y cada vez se notaba más el ánimo de layla decaer. pero aún así, él no quería estar ahí, no quería abrazarla ni besarla, solo por hoy.

no quería recordar que el sábado por la noche creyó verla besando a alguien más, porque aunque de cierta parte le seguía dando coraje, esta vez todo había cambiado, lo había meditado y su cabeza se había aclarado; había dudado de ella y eso le daba pena. pues había creído que ella estaba besando a will. y a pesar de que estaba en su derecho a hacerlo. no era de layla de quien se trataba.

sentía vergüenza hacia sí mismo.

— ¿crees que ya la haya leído? — escuchó el temor en su voz. quiso salir a abrazarla y pedirle perdón.

— no lo creo, hubiera hecho algo al respecto.

y warren no sabe si era tonto o se hacía, pero realmente no estaba entendiendo de que se trataba la conversación ajena.

— tienes razón... warren me hubiera confrontado, quizás solo la quemó.

warren por fin entendió, se refería a esa nota de distinto color que apareció en su casillero y que quemó sin detenerse a leerlo. se arrepintió de haberlo hecho, pues ahora entendía que había sido layla quien la había puesto y no esa chica molesta que lo hacía sentir prisionero.

— me siento estúpida.

escuchó los pasos alejándose, y de cómo ella comenzaba a lamentarse creyendo que había hecho algo malo.

recargó su cabeza contra la pared y bufó. estaba siendo un estúpido con ella, solo la mantenía preocupada de algo que no era su culpa. aunque tampoco fuera suya.